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El oro, la plata, los víveres, las bebidas, y cuanto sirve á los gustos humanos, si es exquisito, de Lope se apellida; hasta para las cosas inanimadas nombra el vulgo á Lope, y la plebe le ha dado el cetro, de buen grado los buenos, los malos acatan contra su voluntad su soberanía, y con razón reina entre los poetas.» «Como la luna Entre los astros inferiores

: ella es la que ilumina y consuela al verdadero filósofo, y ciega y perturba al orgulloso sofista; ella es la que el verdadero filósofo llama Dios, á quien acata y adora en el santuario de su alma, y la que el filósofo insensato apellida el yo con profanacion sacrílega; ella es la que considerada con su personalidad, con su conciencia, con su inteligencia infinita, con su perfectísima libertad, es el cimiento y la cúpula de la religion; ella es la que distinta del mundo le ha sacado de la nada, la que le conserva, le gobierna, le conduce por misteriosos senderos al destino señalado en sus decretos inmutables.

Los mayores peligros de un corazon puro no estan en el brutal aliciente de las pasiones groseras sino en aquellos sentimientos que encantan por su delicadeza y seducen con su ternura; el miedo no entra en las almas nobles sino con el dictado de prudencia; la codicia no se introduce en los pechos generosos sino con el titulo de economía previsora; el orgullo se cobija bajo la sombra del amor de la propia dignidad, y del respeto debido á la posicion que se ocupa: la vanidad se proporciona sus pequeños goces, engañando al vanidoso con la urgente necesidad de conocer el juicio de los demas, para aprovecharse de la crítica; la venganza se disfraza con el manto de la justicia; el furor se apellida santa indignacion; la pereza invoca en su auxilio la necesidad del descanso; y la roedora envidia al destrozar reputaciones, al empeñarse en ofuscar con su aliento impuro los resplandores de un mérito eminente, habla de amor á la verdad, de imparcialidad, de lo mucho que conviene precaverse contra una admiracion ignorante ó un entusiasmo infantil.

Entonces, ya no hay la intuicion de lo extenso, hay la percepcion de la extension en ; entonces, comienza la reflexion sobre la idea, y su consiguiente descomposicion; de lo cual brotan como fecundos gérmenes algunos principios, que se desarrollan hasta lo infinito, formando ese inmenso árbol de ciencia que se apellida geometría.

Si es, como imagino, juramento promisorio, requeríais «juicio de discusión», como lo apellida Santo Tomás; es, a saber: el claro discernimiento de lo que hacíais; y éste os faltó, puesto que estabais queriendo tomar a Dios como cómplice de un delito contra su Iglesia.

En todo juicio hay relacion de dos ideas, mas bien de los objetos que ellas representan; lo mismo ha de suceder en la proposicion; el término que expresa aquello de que afirmamos ó negamos, se llama sujeto; lo que afirmamos ó negamos se denomina predicado; y el verbo ser, que expreso ó sobrentendido se halla siempre en la proposicion, se apellida union ó cópula, porque representa el enlace de las dos ideas.

Si explica la esencia se llama esencial; si se contenta con darla á conocer, sin penetrar en su naturaleza, se apellida descriptiva. Cuando la cosa explicada es la significacion de una palabra, se llama definicion del nombre: definitio nominis.

En la certeza producida por aquellas sensaciones no hay gradacion, todas son iguales; porque si hablamos de la sensacion misma, esta la experimentamos de una manera que no nos consiente incertidumbre; y si se trata de la relacion de la sensacion con la existencia del objeto externo que la causa, tan ciertos estamos de que á la sensacion que se llama vision, corresponde un objeto externo visto, como que á lo que se apellida tacto, corresponde un objeto externo tocado.

Mas como siempre yerra Quien de su justa obligación se olvida, Al señor desta tierra, Que don Tello de Neira se apellida, Con más llaneza que arte, Pidiendole licencia, le di parte. Liberal la concede, Y en las bodas me sirve de padrino; Mas el amor, que puede Obligar al más cuerdo a un desatino, Le ciega y enamora, Señor, de mi querida labradora.

La posibilidad en el primer caso, se llama simplemente con este nombre; en el segundo, se apellida posibilidad pura. De estas observaciones se deduce que la idea de posibilidad añade algo á la de ser: es decir, la no repugnancia, la no exclusion; y si se trata de posibilidad pura, se añade además la no existencia del ser posible.