United States or Trinidad and Tobago ? Vote for the TOP Country of the Week !


Hace tiempo que algo me oprime el corazón... Separados por una enojosa desinteligencia, una pena que no nos atrevíamos a confesar, nos hacía sufrir a los dos; ahora vengo a romper el hielo... El hombre es débil, no os enojéis... yo no tengo la culpa, Marta, de que vos seáis hermosa... y que yo no sea insensible... El intendente había creído que no le costaría el menor esfuerzo hacer su pedido.

Vengo a contender contigo y a probar la fuerza de tus brazos, en razón de hacerte conocer y confesar que mi dama, sea quien fuere, es sin comparación más hermosa que tu Dulcinea del Toboso; la cual verdad si la confiesas de llano en llano, escusarás tu muerte y el trabajo que yo he de tomar en dártela; y si peleares y yo te venciere, no quiero otra satisfación sino que, dejando las armas y absteniéndote de buscar aventuras, te recojas y retires a tu lugar por tiempo de un año, donde has de vivir sin echar mano a la espada, en paz tranquila y en provechoso sosiego, porque así conviene al aumento de tu hacienda y a la salvación de tu alma; y si me vencieres, quedará a tu discreción mi cabeza, y serán tuyos los despojos de mis armas y caballo, y pasará a la tuya la fama de mis hazañas.

Los dos estaban pálidos. , ¿á qué vienes aquí, loca? ¿á qué vienes aquí? Pues á ver cómo te diviertes respondió la joven, cada vez más pálida. Esas tenemos, ¿eh? Pierde cuidado, que ya ajustaremos cuentas. Á eso vengo también... á que me pegues replicó ella con el rostro contraído por una triste sonrisa. ¡Ya arreglaremos eso, ya!

Tome Vd. asiento, y tenga la bondad de decirme en qué puedo servirle. Vengo, señorita, a tratar un asunto de la mayor importancia y al decir esto se sentó, algo cohibido por el aspecto de aquella habitación, que parecía impregnada de cierto encanto mujeril para él desconocido.

Tienen con todo una muy importante significación, que no mengua sino crece, aunque se suponga trivial y vulgarísimo cuanto se dice en ellas. Yo soy, sin duda, quien lo dice; pero, por lo mismo que lo dicho es vulgar, quien lo piensa y lo siente es una no pequeña parte del público, de la cual vengo así á convertirme en órgano, representante y heraldo.

Se sentó en la silla que había de la parte de fuera del mostrador, relamiéndose interiormente, aunque mostrando en lo exterior la misma actitud fría y soberbia que le caracterizaba. Y comenzó muy pronto el tiroteo. Rara vez tenía ocasión de hablar á solas con la esposa de Pepe. Ahora que se presentaba no quiso desperdiciarla. Vengo muy cansado, padre. Pues descansa, hijo.

Su mujer era una joya; la más hermosa de la provincia, como había sido siempre, pero además ahora suya, completamente suya, y de un humor nuevo, alegre, activo, como el que Dios le había otorgado a él.... ¿Y yo? ¿eh? ¿qué tal vengo yo señor Benítez? Magnífico, magnífico también; hecho un pollo. ¡Ya lo creo! ¿Y este galápago? Este galápago que ya va siendo viejo, ¿qué tal?

He desempeñado durante veinte años el arciprestazgo de Santa María de Ronda, y vengo a manifestar a usted, por encargo expreso de los demás testamentarios, la última voluntad del que fue mi amigo del alma, Rafael García de los Antrines, que Dios tenga en su santa gloria».

Yo no me vengo, no os he dicho nada que merezca la pena de que me tratéis así. Habéis querido hacerme sospechar de mi esposa. ¡Jesús María! ¡vea vuestra merced lo que es ser los hombres maliciosos! No es necesario ser malicioso. ¿Pues yo qué os he dicho? Pues eso es lo malo, que no habéis dicho nada. He dicho que los hombres viejos no debían casarse teniendo hijas jóvenes y bonitas.

¿Por qué he de estar triste? ¡Como no trabajas! Descanso un poco. ¿ has estado corriendo?... ¡Estás roja como una amapola! No, papá, vengo de dar mi lección de piano con mamá. ¿Es buena contigo tu mamá? Muy buena. ¿ la quieres mucho? Mucho... pero a ti más que a ella... Me voy a jugar... pero bajo los árboles... no al sol... no tengas cuidado. Iba a salir; Fabrice la llamó.