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Actualizado: 11 de junio de 2025


Poco después llegó D. Francisco, y ambos señores hablaron un poco de política, de aquella obcecada política de González Bravo, que en boca de Pez, por especial disposición de su ánimo, tomaba un tinte muy pesimista. D. Francisco se espeluznaba oyéndole. La prisión de los generales y del duque de Montpensier era una torpeza.

Sea por torpeza o por desfallecimiento, la prenda se escapó de las manos de Magdalena. Dio un paso, se tambaleó primero hacia atrás, luego hacia adelante y cayó en mis brazos desvanecida. La agarré, la sostuve algunos segundos así, pegada contra mi pecho, la cabeza vuelta, los ojos cerrados, los labios fríos, medio muerta y enajenada al influjo de mis besos.

Buenos ojos le vean a usted, Pepe dijo Esperancita clavando los suyos, risueños y nada feos, en el famoso salvaje. Preciosos son los que le están viendo ahora se apresuró a decir Ramoncito. Castro, antes de responder, le volvió a mirar severamente. El concejal, aturdido, dijo para amenguar un poco su torpeza: Porque ésta es la familia de los ojos bonitos. Gracias, Ramón.

Ustedes harán penitencia, señores exclamó el anfitrión, una vez sentado; pero hay que hacerse cargo de que no estamos en Genieys frase que creyó preciso decir. Necia afectación es ésta, si es mentira dije yo para mi; y si es verdad, gran torpeza convidar a los amigos a hacer penitencia.

El sería bueno, olvidaría «lo otro», viviría como Dios manda. Y fortalecido su espíritu supersticioso con este arrepentimiento inútil, salió de la capilla, emocionado aún, con los ojos turbios, sin ver a la gente que le obstruía el paso. Fuera, en la pieza donde esperaban los toreros, le saludó un señor afeitado, vestido con un traje negro que parecía llevar con cierta torpeza.

Comentaban los defectos de todos los espadas, discutían sus méritos y el dinero que ganaban, mientras el enfermo escuchábales en forzosa inmovilidad o caía en una torpeza soñolienta, mecido por el susurro de la conversación.

Después de haberse negado á recibir al joven, Clementina había reflexionado y el resultado de sus reflexiones fué la certeza humillante de que había cometido una torpeza. De este modo Roussel y su enemiga estaban en la misma situación moral por haber cedido uno y otro á sus primeros impulsos.

Durante el almuerzo, que fue largo y fastidioso, Fortunata siguió muy encogida, sin atreverse a hablar, o haciéndolo con mucha torpeza cuando no tenía más remedio. Temía no comer con bastante finura y revelar demasiado su escasa educación. El temor de parecer ordinaria era causa de que las palabras se detuvieran en sus labios en el momento de ser pronunciadas.

Salían cada dos días, luego de cerrada la noche, cargados con aquellos paquetes, por cuyo trabajo daban a Feli unos cuantos reales. Maltrana seguía la acera pegado a la pared, con cierta vergüenza, ocultando la cara, lanzando oblicuas miradas para reconocer a los transeúntes. La joven, a pesar de la torpeza de sus piernas, esforzábase por seguir su rápido paso, semejante a una fuga.

Hace ya algunas horas que somos uno en dos: marido y mujer; don Juan, estoy delante de vuestra madre, que siéndolo vuestra lo es mía; nadie nos oye más que nuestros corazones. Ya os lo puedo decir, os lo debo decir: cuando os vi por primera vez... cuando vuestra torpeza os hizo perderos hace tres noches en palacio... ¡Cómo! ¿no os conocíais hasta hace tres noches...? exclamó la duquesa.

Palabra del Dia

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