Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 4 de mayo de 2025
De manera que la mujer disminuye sus aptitudes junto al hombre, se vuelve más incapaz, más tonta, suposición que, la verdad, no honra mucho a los hombres. Generalmente ocurre lo contrario; los hombres se vuelven más tontos junto a las mujeres.
La otra noche no pude dormir pensando en lo que usted me contó de su vida en París: aquellas tardes de los domingos, tan hermosas, corriendo después de almorzar, unas veces a los conciertos de Lamoreux, otras a los de Colonna, dándose un hartazgo de sublimidad... ¡Y yo aquí encerrado, sin otra esperanza que dirigir alguna misita rossiniana en las grandes festividades...! Mi único consuelo es leer música, enterarme por la lectura de las grandes obras que tantos tontos oirán en las ciudades dormitando o aburriéndose.
Usted habrá oído hablar de una sociedad establecida en Gijón que se llama Unión Carbonera... No señor ni gana respondió el capitán con su acostumbrada viveza. Es una sociedad muy respetable, compuesta de personas de posición, que se dedica á la explotación de minas... Sí, de minas y tontos... Todas esas sociedades son pillería.
En primer lugar, yo me alegraría de que el ascenso del género humano a género superhumano fuese general o total, aunque en la superhumanidad futura hubiese también, como en la humanidad presente, y en la debida proproporción, ineptos y aptos, torpes y hábiles, y tontos y discretos, etc.
Tenía más de los Vargas que de los Esteven, aunque nada de su madre, Gregoria, la excepción de la familia; aquella dulzura de carácter le venía de su tía Casilda, y era más blanda que ella todavía, más sumisa, más dócil, quizá porque las contrariedades de la vida no habían llegado a agriarla, y del tío Pablo Aquiles esa debilidad que parece ser patrimonio de la bondad, generalmente, y por eso dicen que los buenos son los tontos.
Eso, rásquese la cabecita a ver si hace memoria... fue porque semos muy tontos. Era usted el espejo de los filósofos, y ya iba para santo, cuando de repente le dio por comprar un revólver... Bueno va. Y ahora le quiere echar la culpa a la otra pobre. Ella, sí, ella fue. Me arrebató... y arrebatado estoy.
No bailes tanto, que me dueles... ¡Cuidado, que te me rompes, que te me rompes!... ¡Qué cosas pienso! Cuando estoy despabilada y paso toda la noche afinando el pensar, hasta se me figura que me entra talento... Y vamos a ver, ¿por qué no he de tener yo talento? Sí que lo tengo. Eso, antes que los demás, lo conoce la misma persona que lo tiene. No, mamá mía, no has echado tontos al mundo.
¡Bah! objetó Juanito con juvenil confianza . No es eso fácil; en la Bolsa sólo se arruinan los tontos, y mi principal tiene buen guía. Don Ramón... ¿sabe usted? don Ramón Morte, el hombre mimado de la fortuna, el gran filántropo. No seas tonto, muchacho. ¿Crees que tu tío es listo? Pues pregúntale qué piensa del tal don Ramón.
Allí podríais hacer todos los juegos de manos que quisierais; ¿hasta cuándo os burlaréis de nosotros? estáis comprometiendo el país y no lo veis, egoístones sin vergüenza... Ahora baja el oro otra vez, dos puntos, tres puntos, cuatro puntos, y las acciones del Banco Vitalicio suben medio punto, un punto, con un trabajo que ya, ya... Pero, ya daréis vosotros un tironcito de la cuerda, y vuestro mono hará una pirueta, saludará con una mueca a los tontos que asistimos a la función, e irá otra vez a meter la cabeza en las nubes.
Donde se da cuenta de la plática de Candido y Martín, al acercarse á las costas de Francia. Avistaronse al fin las costas de Francia. ¿Ha estado vm. en Francia, señor Martin? dixo Candido. Sí, Señor, respondió Martin, y he corrido muchas provincias: en unas la mitad de los habitantes son locos, en otras muy retrecheros, en estas bastante bonazos y bastante tontos, y en aquellas lo dan por ladinos.
Palabra del Dia
Otros Mirando