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Actualizado: 9 de mayo de 2025
Se oía el ruido de los platos en el comedor, donde hablaban, iban y venían; pero allí, en su gabinete, todo estaba en silencio como en un cementerio. Si un pintor hubiera visto aquel aposento obscuro y triste, con el montón de libros y de cuadernos por el suelo, con aquel hombre inclinado sobre la mesa, dolorosamente cabizbajo, hubiese pintado un cuadro titulado «A punto de suicidarse».
El eslavo reaccionario es brutal, pero tiene el sentimentalismo de una raza en la que muchos príncipes se hacen nihilistas. Levanta él látigo con facilidad, pero luego se arrepiente y á veces llora. Yo he visto á oficiales rusos suicidarse por no marchar contra el pueblo ó por el remordimiento de haber ejecutado matanzas.
El correo de hoy no era para suicidarse; el de las conjeturas sale lucido: todo por haber convertido la posibilidad en realidad, por haber estribado en suposiciones gratuitas, por haberse alucinado con lo especioso de una explicacion satisfactoria. ¿Si podria ser un asesinato?.... Claro es, porque en este correo.... y ademas, este hombre no carecia de enemigos.
Cuenta en su autobiografía que durante los años de sus estudios universitarios vivía en la más negra miseria y a veces estaba sin comer dos días seguidos. En 1894, cansado de luchar, desesperado, intentó suicidarse y se tiró un balazo en el pecho. Pero los médicos salvaron la vida de quien algunos años más tarde debía ser gloria de la literatura rusa.
Sea que opinasen que la buena crianza exige no consumir toda la ración del plato, o que el dueño de la casa dijera, agradeciendo el elogio que hicieran de las oleosas: aceituna, oro es una, dos son plata y la tercera mata, ello es que la conclusión de la coplilla daba en qué cavilar a muchos cristianos que, después de masticar la primera y segunda aceituna, no se atrevían con la última, que eso habría equivalido a suicidarse a sabiendas.
Sandoval, á fuer de curioso, miraba, escudriñaba todo, probaba las pastas, examinaba los cuadros, leía la lista de los precios. Los demás hablaban del tema del día, de las actrices de la opereta francesa y la enfermedad misteriosa de Simoun á quien, segun unos, habían encontrado herido en la calle, segun otros, había intentado suicidarse: como era natural se perdían en conjeturas.
Algunos refieren la historia del paseo de coches diciendo que a cierto caballo inglés, hastiado de tanto ir y venir a la Castellana, acometido del spleen y en peligro inminente de suicidarse, se le puso un día entre las dos orejas el hollar los jardines privilegiados; insinúa su extravagante deseo al amo, le da algunas razones, y últimamente le persuade a que interponga su influencia para que de allí en adelante se extienda el privilegio de los bípedos a los caballos lucios y bien educados.
Ahora se veía á los pies de una duquesa diciéndole con voz temblorosa frases apasionadas y candentes que ella escuchaba arrobada y suspensa; ahora se encontraba batiéndose á espada con un joven coronel en mitad de un bosque, con dos amigos vestidos de negro al lado; ahora asistía á la caza de un jabalí cabalgando á la par de una hermosa y egregia dama, á quien salvaba la vida por un acto de valor heroico; ahora, en fin, resolvía suicidarse escribiendo antes una larga carta de despedida cuajada de frases elocuentes y tildes psicológicas, nada claras para el que no estuviese iniciado en el lenguaje cortesano, á la señora de su mejor amigo, de quien había tenido la desgracia de enamorarse perdidamente.
La vista de las arañas le producía espasmos; el bisturí de un médico le estremecía. La aprensión de volverse loco le hacía padecer horriblemente algunas veces: otras era el temor de suicidarse contra su propia voluntad.
Luego bailaron un vals y un rigodón. Mientras duró éste, Emilio no había cesado de hablarle al oído. Toda la noche la había estado sirviendo lo mismo que un criado, presentándole él mismo las fuentes de confites y frutas heladas. Una vez, al darle una de éstas, le había apretado los dedos; bien lo había visto. ¡Esto era una indecencia! Irenita quería suicidarse.
Palabra del Dia
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