Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 14 de julio de 2025
704 La justicia es muy severa; suele rayar en crueldá: sufre el pobre que allí está calenturas y delirios, pues no esiste pior martirio que esa eterna soledá. 705 Conversamos con las rejas por solo el gusto de hablar, pero nos mandan callar y es preciso conformarnos; pues no se debe irritar a quien puede castigarnos.
Todas sus ansias y suspicacias eran enfermizas, y usted no ignora de qué modo se sufre y se hace sufrir con este modo de ser. Un día me dijo que estaba enamorado, y que posiblemente se casaría muy pronto. Aunque me habló con loco entusiasmo de la belleza de su novia, esta apreciación suya de la hermosura en cuestión no tenía para mí ningún valor. Vezzera insistió, irritándose con mi orgullo.
¡Hay en el mundo otra mujer que os ama, que puede y debe confesar el amor que os tiene ante Dios y los hombres! ¡una mujer que por vos sufre, que por vos está enferma, que por vos muere! ¡una mujer que por vos se ha arrojado á las plantas del rey, y que no ha podido conseguir nada, ni aun saber el lugar donde estáis preso! ¡Vuestra esposa! ¡Doña Clara Soldevilla, que es vuestra vida!
Sin hombres-sólidos no habría tiranos; y como aquellos son eternos, éstos no tendrán fin. Es la muchedumbre inmensa que llaman pueblo, a quien se fascina, sobre el cual se pisa, se anda, se sube: cava, suda, sufre. Alguna vez se levanta, y es terrible, como se levanta la tierra en un terremoto. Entonces dicen que abre los ojos. Es un error.
¡Qué desgracia!... ¡Qué dolor!... dijo turbada. ¡Pero hay, sin embargo, que tener fuerza suficiente para resignarse al destino!... Doctor agregó, volviéndose hacia Bérard, que se acercaba en ese momento al Príncipe. Desearíamos retirar de allí el cadáver... ¡Me figuro a ratos que la pobrecilla sufre en el suelo!... Y a toda esta gente, ¿no se la podría pedir que se alejara?
Anticipar la muerte; ser cadáver que respira y come, pero que no piensa, ni sufre, ni se entusiasma: ésa sería para mí la dicha, hermano. No sé adonde ir: los hombres me esperan más allá de esa puerta para acosarme otra vez... ¿Me quieres contigo...? El Vara de palo, por toda contestación, empujó cariñosamente a Gabriel. ¡Vamos arriba, loco! No morirás; yo te sacaré adelante.
¡Ah! ¿por qué aquella voz es tan alegre, cuando en el mismo instante él sufre tanto que el temblor le impide bajar? En la puerta, una última emoción lo contiene. ¿Qué va a ver abajo? ¿A Huberto Martholl al lado de ella, sin duda? ¡Cuánto valor necesita todavía! Llega al vestíbulo. Al divisarlo María Teresa, exclama de nuevo: ¡Venga, Juan!
Tenían algo desconocido, ardiente, y Muñoz sentía la proximidad de una explicación realmente definitiva. ¿Que usted sufre por mí? Y esta idea de que ella por él sufría, se agrandó en su imaginación desmesuradamente, llenándole por un instante de júbilo insensato. Creía soñar. Sí, Muñoz, continuó ella vacilante y como si realizara un gran esfuerzo para decidirse a pronunciar cada frase.
¿Y no sufre la vanidad femenil al verse dominada en la calle por un hombre á caballo y con armas, lo mismo que en los tiempos de la tiranía masculina? ¡Oh, gentleman! dijo el profesor con acento de reproche . En la vida no puede ser todo perfecto y lógico.
Los que pudieran arriesgarse no se atreven, y los que serían aceptados no se presentan. Paulina sufre con invariable buen humor los inconvenientes de tener una madre demasiado ambiciosa y acepta por adelantado la famosa posición venidera. A todo lo que dice su madre, responde dócilmente: Sí, mamá. Su bonita y agradable cara no refleja más que sentimientos amables y plácidos.
Palabra del Dia
Otros Mirando