Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 19 de junio de 2025
Un hombre de larga barba ensortijada y canosa, fumaba sentado ante una casucha que era la peor del barrio. Tenía los ojos casi ocultos bajo las cejas y un gesto de desdén contraía á cada momento su cara negruzca. Al ver al médico no se llevó la mano á la boina ni abandonó su inmovilidad de fakir, como si estuviera abstraído en la contemplación de la miseria que le rodeaba.
Maltrana fue tras ellos escalera abajo, avanzando cautelosamente para no ser visto... Pero no necesitó de grandes precauciones. Los dos caminaban sin darse cuenta de lo que les rodeaba, sin saber ciertamente adónde iban, empujada ella por el instinto hacia su vivienda. Oyó Isidro, oculto en un ángulo del corredor, el ruido de una puerta abierta rudamente.
Al contrario, me la dejó en la mente, cristalizada y luminosa, irradiando sus destellos peregrinos sobre todo cuanto me rodeaba, como el suave resplandor del crepúsculo que aparece sobre el horizonte anunciando el espléndido sol que viene detrás.
¡Viva! balbució Amparo toda enternecida, ahogándose . ¡Viva usted... muchos años! Y el viejo y la niña estaban a dos dedos de romper a llorar, y algunos de los convidados se reían a socapa viendo aquel brazo paternal que rodeaba aquel cuello juvenil. La Unión del Norte ¡Cuidado si hace calor!
Con sus dos primeras balas atravesó el estrecho círculo negro que rodeaba el punto blanco central; su última bala se alojó en la mosca misma. Tenía, pues, veinticuatro puntos contra veintidós. Fabrice estaba condenado.
Podrán ridiculizarse estas prácticas, pero van acompañadas de heroismo y de virtud, y no hemos querido dejar de recordar estos rasgos de antigüedad gloriosa, que pueden servir para esplicar las costumbres de aquellos tiempos, y el respeto de que se rodeaba á la magestad, poniéndola bajo el amparo de la religion.
Se había cansado del amor de una mujer perdida como aquella; no quería reñir con su madre por tan poca cosa, ni que los enemigos le desacreditasen y volvía a su deber con gran alegría de la buena señora que le rodeaba de solícitas atenciones. ¿Y de aquello? le preguntaban misteriosamente sus amigas. Nada respondía con una sonrisa de orgullo.
Mare bendita, ¿cuándo ha caído este cacho de firmamento? ¡Bendígate Dios, salero, que me has deshecho el alma con ese taconeo chiquito! Pocos transeuntes cruzaban sin verter en su oído algún requiebro. Los grupos se abrían para dejarla paso. La gentil tabernera marchaba sin fijar la atención en tales palabras, sin oirlas siquiera, totalmente abstraída de lo que la rodeaba.
Desde el día de la disputa en que llamó ladrón a Mendizábal, hacía la vista gorda tocante al indiferentismo religioso que le rodeaba; pero claramente se notaba que en él no era todo prudencia, sino falta de arrojo.
¡Con qué ahinco estudiaba mis obligaciones, y cómo me contraía a mis deberes, circunscribiéndolos al límite más estrecho que era posible, tratando de aislarlos del mundo aquel, que me rodeaba y que temía!
Palabra del Dia
Otros Mirando