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Actualizado: 20 de julio de 2025
Zumbaba la selva de los encantos, moviendo sus verdes y rumorosas cabelleras ante el rudo Sigfrido, inocente hijo de la Naturaleza, ansioso de conocer el lenguaje y el alma de las cosas inanimadas. Cantaba el pájaro maestro, haciendo resaltar su dulce voz entrecortada sobre los murmullos del follaje. Mary se estremeció. ¡Ah, poeta!... ¡poeta! Y siguió tocando.
¡Ved el convento de Santa Magdalena! ahora que el sol no le dora con sus rayos, ¡cómo se eleva imponente con sus negros y altos muros y sus vastos pórticos grises cortados en festones! ¡cuán bien sus pesadas torres, sus largas galerías desiertas encuadran en la sombría verdura de las viejas encinas! ¡cómo sus grandes sombras hacen resaltar la luz blanca y viva que alumbra los muros, platea los techos de plomo y la brillante flecha del campanario!
Pero aquí, rodeada de hombres que la admiraban, y en un ambiente primitivo que la hacía resaltar como si fuese de esencia superior, había ejercido sin quererlo una influencia tan nefasta como la del demonio cobrizo temido en otros tiempos por los jinetes errantes de la Pampa. Ella misma había sido víctima de este ambiente de soledad al enamorarse de Watson.
La ciudad de Valladolid, tan célebre por su universidad, está situada á la márgen izquierda del rio Pisuerga, á poca distancia de algunos grupos de colinas bajas y redondas que interrumpen graciosamente la llanura para determinar en cierto modo el valle de aquel rio. Valladolid es quizas la ciudad española que hace resaltar mejor el contraste de la vieja y la moderna España.
Nunca le pareció tan linda a Andrés. El pañuelo bermejo, por debajo del cual asomaban los rizos de un cabello negro y brillante como el ébano, hacía resaltar su rostro trigueño, iluminado ahora por una sonrisa y encendido por el rubor.
La sangre, como savia enérgica, regaba los tejidos, tiñendo la epidermis de tonos que variaban delicadamente desde el azul de las ramificaciones venosas hasta el carmín brillante de los labios húmedos; y una mata de pelo, escapada de la redecilla, hacía resaltar la blancura del cuello.
El fulgor purpurino de la tarde caía directamente sobre su rostro y hacía resaltar claramente los pliegues y las arrugas que se habían grabado en él durante esos tres últimos años. Penas sombrías parecían asediar su frente; sus ojos habían perdido el brillo y sus labios estaban agitados por un movimiento nervioso en que creí leer a la vez una melancólica sumisión y una impotente rebeldía.
Temperamento activo, vigilante, tan avara o más que su yerno, no podía jamás estar un cuarto de hora sin tener algo entre manos. En los negocios interiores de la casa no tenía intervención muy señalada. Calderón se complacía en ordenarlo y manejarlo por sí mismo todo. Y esto significa una contradicción que debemos hacer resaltar para que se comprenda bien su carácter.
Las paredes estaban cubiertas de retratos: señoras bonitas, haciendo resaltar sus gracias con actitudes lánguidas, dirigiendo una sonrisa insinuante a todos los timadores y fosforeros que se paraban a contemplarlas; varones con los ojos estáticos, en muda y eterna admiración de algo que nadie sabe.
Júntanse en ella un argumento superior con su desarrollo, trazado con gran verdad de mano maestra, exacta determinación de los caracteres y situaciones trazadas con acierto extraordinario para hacer resaltar el efecto cómico, y dispuesto todo de tal manera, que es difícil superarlo. Don Juan llega con su criado Sancho á Madrid para casarse con Inés, hija de Fernando de Rojas.
Palabra del Dia
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