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Actualizado: 27 de julio de 2025
Antes de responder Flora pasea una mirada de infantil curiosidad por la estancia, cosa que al capitán le hace poca gracia. En vez de ocupar una de las grandes habitaciones del piso principal el señor Ramírez del Valle dormía, se lavaba y leía y hacía sus cuentas en un pequeño cuarto de la planta baja que tenía su entrada por el portal y una ventana enrejada á la calle.
No diga usted que el dúo ha estado mal. ¡Vaya si lo digo! Pues, señor, entonces declaro que no entiendo una palabra porque me ha parecido sublime replicó el joven con señales de hallarse picado. Esa declaración te honra, Ramón. Sabes hacerte justicia dijo Cobo Ramírez, que no perdía ocasión de vejar a su amigo y rival.
A Luis Diaz 40 ducados por el de La Demanda que pone el demonio al género humano, con 7 figuras. A Alonso Ramírez por una danza de espadas con 18 figuras. A Lorenzo Núñez por la danza llamada de «La Montería" con 10 figuras. A Melchor de San Miguel por otra de los galanes, ninfas y un toro. A Diego Hernández morisco, 22 ducados por otra con 8 figuras y una ermita.
A Diego de Santiago se pagaron en 8 de Agosto 1571, 3000 mrs. por la danza de villanos. En 12 de Junio á Cristóbal Sánchez de Mendoza por la mitad del carro y danza que ha de sacar el día del Corpus xpi. En 15 de Junio 2250 mrs. á Alonso Ramírez, por la mitad de lo que hubo de haber por la danza de las espadas.
Vamos, hombre dijo Briones . No sean ustedes tontos. El teniente Ramírez no ha querido ofenderles. No nos ha llamado más que estúpidos y cobardes dijo riendo Martín . Claro que a mí no me importa nada lo que este señor opine de nosotros, pero me gustaría encontrar una ocasión para probarle que está equivocado. Salga usted dijo el teniente. Cuando usted quiera contestó Martín.
Ramírez del Valle se había batido como cadete durante la guerra de la Independencia, había caído prisionero; lo trasladaron á Francia; se fugó; ascendió á oficial; sirvió después en la Guardia Real, y á la muerte de Fernando VII y estallar la guerra civil, cuando iba á ser ascendido á coronel, tuvo el capricho de pedir la licencia absoluta.
A las once de la noche el comandante Ramírez y el inspector de policía tenían presos ya a todos los individuos de la junta y a diez o doce de los más caracterizados carlistas de Nieva, los cuales, amarrados y custodiados por media compañía, según las prevenciones del comandante general, esperaban debajo de los soportales del Ayuntamiento la orden de marcha.
Y se dirigió a Pacita, poniéndose al mismo tiempo levemente colorada. Clementina le dirigió una mirada penetrante que concluyó de ruborizarla. ¿De qué se habla? preguntó Cobo Ramírez acercándose al corro. Casi nunca se sentaba en las tertulias. Le placa andar de grupo en grupo, resollando como un buey, soltando alguna frase atrevida en cada uno.
Sobre todo, les molestaba la afliccion del estómago; y congoja de corazon con tanto golpe y desasosiego; y el segundo piloto, D. Basilio Ramirez, mientras atendia á la maniobra, se dió un golpe tal que le quedó el rostro muy mal herido.
#Desde el «Club de los Salvajes» a casa de Calderón.# Pintorescamente diseminados por los divanes y butacas de la gran sala de conversación del Club de los Salvajes, yacen a las dos de la tarde hasta una docena de sus miembros más asiduos. Forman grupo en un rincón el general Patiño, Pepe Castro, Cobo Ramírez, Ramoncito Maldonado y otros dos socios a quienes no tenemos el gusto de conocer.
Palabra del Dia
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