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Actualizado: 7 de mayo de 2025
No vamos dijo la señora de Galba con repentina energía contestando a una observación hecha en voz baja por el coronel, y retirando su mano de la vehemente presión de aquel hombre apasionado. Es inútil; mi decisión está ya tomada. Es usted libre de mandar por mi maleta tan pronto como quiera; pero yo me quedaré aquí para poner frente a frente de este hombre la prueba de su infamia.
3 Y se escogerá la muerte antes que la vida todo el resto que quedare de esta mala generación, en todos los lugares a donde arrojaré yo a los que quedaren, dijo el SE
La luz que ellos apagaron se enciende en las tinieblas donde el alma vivía, y para que mi linaje, donde hubo santos y grandes capitanes, no lo cubran mis hijos de oprobio, acabando en la horca por ladrones, les repartiré mis bienes y quedaré pobre, pobre de pedir por las puertas.... Ahora probemos entre los dos a levantar la sepultura.... ¡Quiero ver a mi muerta!... ¡Acaso me hable!
¡Ir a vivir a París yo!... ¡Abandonar la tierra en que nací, donde vivió y murió tu padre! ¡No, nunca lo haré, hijo mío, jamás! Vete solo, porque tu vida y tu porvenir te llaman allá. Te conozco y sé que no me olvidarás, que vendrás a verme siempre, siempre. No, madre mía respondió él, me quedaré. Quedose... Sus esperanzas, sus ambiciones, todo desapareció en un minuto.
Entonces aparecerán los dos cadáveres atravesados por una sola espada... Esta es la venganza, esta es la ley... por una sola espada... Y me quedaré tan fresco, como si tal cosa. Y podré salir por ahí mostrando mis manos manchadas con la sangre de los adúlteros y decir a gritos: 'Aprended de mí, maridos, a defender vuestro honor.
Si el golpe cae, como tiene que suceder más tarde o más temprano, seré aplastada y quedaré perdida. No hay poder que pueda entonces salvarme; ni aun su fiel y noble amistad me servirá. Ciertamente, Mabel, que habla usted de una manera muy extraña. No la entiendo. Así lo creo fue su contestación breve. Usted no lo sabe todo.
Prosupuesto esto, has de considerar que yo padezco ahora la enfermedad que suelen tener algunas mujeres, que se les antoja comer tierra, yeso, carbón y otras cosas peores, aun asquerosas para mirarse, cuanto más para comerse; así que, es menester usar de algún artificio para que yo sane, y esto se podía hacer con facilidad, sólo con que comiences, aunque tibia y fingidamente, a solicitar a Camila, la cual no ha de ser tan tierna que a los primeros encuentros dé con su honestidad por tierra; y con solo este principio quedaré contento y tú habrás cumplido con lo que debes a nuestra amistad, no solamente dándome la vida, sino persuadiéndome de no verme sin honra.
Sí, así se llama mi madre. El hombre se turbó, no supo decirme lo que pagaba de renta a mi abuela, y murmuró: Dígale usted a su madre que me diga lo que tengo que pagar al año por la casa, y si puedo me quedaré en ella. Yo le indiqué repetidas veces que no, que siguiera pagando como hasta entonces; pero no le pude convencer.
Escudos, y paveses, y capacetes pondrán contra ti en derredor; y yo daré el juicio delante de ellos, y por sus leyes te juzgarán. 25 Y pondré mi celo contra ti, y obrarán contigo con furor; te quitarán tu nariz y tus orejas; y lo que te quedare caerá a cuchillo. Ellos tomarán tus hijos y tus hijas, y tu remanente será consumido por el fuego.
»Sucedió, pues, que se pasaron muchos días que, sin decir Lotario palabra a Camila, respondía a Anselmo que la hablaba y jamás podía sacar della una pequeña muestra de venir en ninguna cosa que mala fuese, ni aun dar una señal de sombra de esperanza; antes, decía que le amenazaba que si de aquel mal pensamiento no se quitaba, que lo había de decir a su esposo. »-Bien está -dijo Anselmo-. Hasta aquí ha resistido Camila a las palabras; es menester ver cómo resiste a las obras: yo os daré mañana dos mil escudos de oro para que se los ofrezcáis, y aun se los deis, y otros tantos para que compréis joyas con que cebarla; que las mujeres suelen ser aficionadas, y más si son hermosas, por más castas que sean, a esto de traerse bien y andar galanas; y si ella resiste a esta tentación, yo quedaré satisfecho y no os daré más pesadumbre.
Palabra del Dia
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