Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 25 de mayo de 2025


Si á mi vez he cometido un crimen, yo responderé de él... Pero esta lucha me ha destrozado y ya no puedo más. 4 de octubre. El señor Laubepin llegó, en fin, ayer noche. Vino á apretarme la mano. Estaba preocupado, brusco y descontento. Hablóme brevemente del matrimonio que se preparaba.

Tristán comenzó a mostrarse preocupado, a emplear un estilo más conciso, que poco a poco se convirtió en displicente. Clara lo observó, pero como ya estaba acostumbrada a estos cambios repentinos de humor, que rara vez persistían largo tiempo, no hizo en ello mucho alto. Sin embargo, se trataba de asuntos que atañían a su próximo enlace y el acento de su novio sonaba por momentos más displicente.

Fuera, espesos copos de nieve continuaban cayendo del cielo, depositándose en el borde de las ventanas, y a cada instante se veía partir un trineo silenciosamente con un enfermo sumergido en un lecho de paja; unas veces era una mujer y otras un hombre los que conducían al caballo de la brida. Catalina, sentada cerca de la mesa, doblaba los vendajes con aire preocupado.

Velázquez, sin embargo, había tenido que pretender el empleo juzgándolo «ajustado a su genio y ocupación». Para no interrumpir luego la enumeración de los cuadros que hizo nuestro gran pintor, desde que por segunda vez volvió de Italia hasta sus postreros días, conviene tratar ahora una cuestión de que se han preocupado los eruditos españoles. Me refiero a la llamada Memoria de Velázquez.

¿Y qué diantre de carnerada es esa? preguntó Pedro Lobo riendo, aunque preocupado y un tanto cuanto con la risa del conejo. La carnerada contestó Madame Duval , es un raro arte de esgrima que los negros aprenden y ejercen. Como tienen la cabeza más dura que hierro, hacen de ella un arma y llegan a dar topetadas feroces y a veces mortales.

Aprovechó la ocasión Gillespie para preguntar algo que le traía preocupado desde que supo la gran victoria de las mujeres. ¿Cómo habían conseguido las vencedoras, dedicadas la mayor parte del tiempo á los asuntos públicos, emanciparse de la servidumbre de la maternidad?

Creo que en este caso hubiera tirado a Kisseler por la ventana... Cuando todos se marcharon y Elena se metió en su cuarto, me quedé fumando un cigarro con Lacante para esperar la hora del tren. Lacante estaba preocupado y tocaba el tambor nerviosamente con los dedos en la mesa. Por fin dio un suspiro y dijo: Tendré que separarme de mis amigos o de mi hija.

Tal vez no tardase en hacer uso de su «herramienta». Recordó á varios individuos que en los días anteriores paseaban lentamente por el muelle examinando el buque, espiando á los que entraban y salían. Si alcanzaba á verlos de nuevo, se echaría fuera del vapor para decirles dos palabras. No hagas nada ordenó Ferragut . Yo me ocuparé del asunto. Todo el día estuvo preocupado por la noticia.

Más tarde, y cuando el doctor Francia muere, Rosas se niega a reconocer la independencia del Paraguay, siempre preocupado de su idea favorita: la reconstrucción del antiguo virreinato.

En la noche de aquel día, Octavio, un tanto preocupado con la aventura de la flor, que le dejara en la boca cierto sabor novelesco muy de su gusto, fué de tertulia á la tienda de D. Marcelino, donde casi nunca ponía los pies. Apenas le vió la niña, se dió á correr por las escaleras arriba como una cierva huída, y no pareció en toda la noche. Otro tanto sucedió en las tres ó cuatro siguientes.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando