Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 22 de mayo de 2025
Rafael quería salir de esta situación, le molestaba ver a aquella mujer glacial, indiferente; tratándole con cortesía desdeñosa, sosteniendo con gran corrección las distancias para evitar la familiaridad. Pero puesto ya en la pendiente, se atrevió a seguir preguntando: ¿Y piensa usted permanecer mucho tiempo en Alcira?... Rafael creyó que se hundía el suelo bajo sus pies.
Yo todavía me estaba debajo de la cama quejándome como perro cogido entre puertas, tan encogido que parecía galgo con calambre. Hicieron los otros que cerraban la puerta, y yo entonces salí de donde estaba y subíme a mi cama, preguntando si acaso les habían hecho mal. Todos se quejaban de muerte.
Pepa Frías, vivamente agitada, hablaba aparte con Jiménez Arbós, después de haberse enterado, preguntando a algunos banqueros, de que los negocios de Osorio no marchaban bien. No obstante, todos le suponían con medios de hacer frente a sus compromisos.
Una señora está abajo preguntando por usted. Dice que necesita hablarle en seguida. ¿Una señora? replicó el P. Gil abriendo mucho los ojos. Será la señorita Obdulia. No, señor, no es ésa replicó el ama haciendo con los labios un gesto de desdén. La señora que aguarda abajo es mucho más guapa y elegante.
Era hombre de carácter siempre que su tía no le clavase la flecha de sus ojuelos pardos y sagaces, y viose tan perdido que se apresuró a variar la conversación, preguntando a su tía cuántos años tenía doña Melitona.
Mientras tanto, nuestra pobre amiga se encontraba muy afectada y abatida, preguntando a cada instante por su Inocencio. Yo, para no afligirla más, le dije que el autor lo había tomado con resignación y se había salido del teatro a respirar un poco el fresco. La infeliz se revolvía contra sí misma echándose toda la culpa. Se alzó el telón para el acto tercero: todos acudimos a las cajas con afán.
» ¡Hola, traviesos! ¡Ya es hora que nos veamos! gritó, ¡Ay, Dios mío! ¡Qué mal rato he pasado!... ¡El señor de Avrigny, que acaba de llegar, preguntando por sus hijos, mientras los caballeretes andan perdidos por ahí de ceca en meca! Por fortuna todo ha pasado ya, y no hay necesidad de decir ni una palabra.
Hallábanse charlando tranquilamente cuando, rompiendo por entre los grupos con señales de agitación en el rostro, apareció el señor Rafael. ¿Dónde está mi sobrino? ¿Dónde está ése? venía preguntando en voz alta. Y así que llegó á la parra y le divisó, acercóse rápidamente á él y le dió un estrecho abrazo.
El ingeniero permaneció inmóvil, sin que se alterase una línea de su rostro sombrío. El marqués volvió á hablar, quitándose su sombrero con triste cortesía. Entonces, que empiece el lance y cada uno cumpla como caballero. Retrocedió unos pasos, pero de espaldas, sin perder de vista á los combatientes. Luego levantó una mano, preguntando si estaban listos. Pirovani hizo un movimiento afirmativo.
Nadie. Esta teoría ha dado un empuje extraordinario á las velas con que marcha nuestro siglo: atrevida ó no, ella nos ha llevado adonde nunca hubiéramos estado. Nos hemos puesto en demanda, preguntando á todas las cosas, ya de historia ó de historia natural: «¿Quién eres? Soy la vida.» La muerte ha ido de vencida bajo la mirada de las ciencias: el espíritu siempre adelanta y hácela retroceder.
Palabra del Dia
Otros Mirando