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Actualizado: 4 de mayo de 2025


Y no se cuenta que una sola vez tuviera la Sala que dirigirle el más comedido apercibimiento; ni de la pulcritud de su lenguaje en estrados se hizo la magistratura sino lenguas, llegando en este punto a caer D. Diego, valga la verdad, en cierto culteranismo, disculpable, eso , porque mediante él procuraba que su elocuencia saliese como el armiño de las cenagosas aguas de la podredumbre privada, adonde le arrastraban, en ocasiones, las necesidades del foro.

Sácame de aquí, amigo, así te Dios todos los reinos de la tierra y del mar; sácame ó me muero en esta podredumbreEl geniecillo la levantó con rapidez á grandísima altura, y allá arriba se ahuecó toda, llena de contento, para purificarse y orear su cuerpo. Apartó la vista del palacio y de la ciudad, y ambos siguieron luego su camino sin saber a dónde iban.

Bien podrán tener algo de culpa esos ingredientes me replicó mi tío con muy escasas señales de creerlo ; pero a veces se me figura a que hay también otros motivos de por medio... y harto será, ¡trastajo!, que no venga de esa banda toda la podredumbre.

Después volvía la lástima tierna de mismo, la imagen de la vejez solitaria... y los alcaravanes, allá en el cielo gris, iban cantando sus ayes como quien recita el Kempis en una lengua desconocida. «, la tristeza era universal; todo el mundo era podredumbre; el ser humano lo más podrido de todo».

Y así, siguiendo esta comparación de los frutos, y convirtiendo imaginariamente cada soneto de usted, pongo por caso, en un melocotón, yo entiendo que usted debe darlos mejores, y que aun los catorce, de que tratamos aquí, serían exquisitos, si el moscardón ó avechucho del naturalismo, que vaga por el aire, no hubiera clavado en ellos el aguijón y depositado allí venenosos huevecillos que se convierten en gusanos y podredumbre.

Era así... la podredumbre de la materia para los espíritus podridos.... Y ella había pecado, , , había pecado. ¡Qué diferentes criterios el que ahora aplicaba a sus culpas, y el que el mundo solía tener y con el cual ella se había absuelto de ciertas ligerezas que ya le pesaban como plomo!». Y recordaba máximas y aforismos religiosos que había oído al Magistral, sin penetrar su terrible severidad, aquel sentido lúgubre y hondo que no parecían tener en los labios finos, suaves, llenos de silbantes sonidos del pulquérrimo canónigo.

¿Ahora salimos con ésas? gritó dando un golpe con la regla sobre el pupitre, que la hizo saltar en dos pedazos, yo soy un hombre honrado, señor Esteven, y en los tiempos que corren, en medio de la corrupción y de la podredumbre política y social que nos devora, un hombre honrado merece respeto.

Cada media hora le hacía pasar á un nuevo círculo de podredumbre creciente, descender un peldaño en la descomposición animal. Al principio, los muertos eran del día anterior: estaban frescos. Los que encontró al otro lado del río llevaban dos días sobre el terreno; luego tres, luego cuatro.

Aquella noche el Magistral no quiso complacer a su madre bajando a la trastienda, le daba asco; imaginaba que abajo había un gran foco de podredumbre, aguas sucias estancadas. Oía vagos rumores lejanos del chocar de los cuartos viejos, de la plata y del oro, de cristalino timbre. Aquellos ruidos apagados por la distancia subían por el hueco de la escalera, en el silencio profundo de toda la casa.

Cuando la encontramos Pez y yo, y tuvimos el honor de que nos guiara a la morada de Bringas, ya llevaban más de un año de abandono y podredumbre las famosas tablas de Rafael, el cuadro de Tristán y las otras mil preciosidades que por milagro de Dios no estaban en los museos. Era Cándida una de las más constantes visitas de los Bringas.

Palabra del Dia

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