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Actualizado: 31 de mayo de 2025
Posábase aquí y allá, a modo de un ave inverosímil y familiar. Se hablaba de él con regocijo, pero sin espanto. El nombre de Teresa de Jesús, la religiosa andante, la garduña de almas, la pícara sublime, reaparecía con frecuencia en los diálogos.
869 Era como tentación lo que yo esperimenté, y jamas olvidaré cuanto tuve que sufrir, porque no podia decir "Artículos de la fe". 870 Tenía al lao una mulata que era nativa de allí; se hincaba cerca de mí como el ángel de la guarda; ¡pícara!, Y era la parda la que me tentaba ansí.
Toda la tarde he estado sintiendo la misma ilusión en los oídos... ¡Pícara memoria, qué malos ratos me está dando!... Si yo pudiera arreglarla a mi gusto, borraría lo amargo en ella; y entonces ya sería otra cosa bien distinta... Temí que no, viniera usted esta noche, Leto. ¡Como le dejé tan preocupado y es usted tan... especial!... Por otra parte, casi sentía que viniera, pensando en que al verle entrar de pronto... ¡qué sé yo? ¡Depende de tan poco el que papá, con lo receloso que anda, me haga declararle la verdad!
Inés, no indiferente a mi presencia, según comprendí, pero tampoco sorprendida, debía saber que yo estaba allí. ¡Ah! exclamé con despecho para mis adentros . La muy pícara aunque la llamaron, no bajó hasta que vino el maldito inglés. Doña María me presentó ceremoniosamente a ella diciendo: A este caballero le conocimos en nuestra casa de Bailén cuando la célebre batalla.
Pero nada... ¡esta picara costumbre de reir de todo... de no ver sino el lado malo!
Si por lujo se entiende lo que yo entiendo, yo le quiero y le requiero. Y si ahora no le pido es porque sería pedir cotufas en el golfo, y porque con esta picara guerra de Cuba no está la Magdalena para tafetanes. Pero supongamos, y Dios nos oiga, que ya se acabó la guerra de Cuba y que volvemos á tener prosperidad y bienandanza.
Soy Guillermina, doña Guillermina, la rata eclesiástica. Mírame bien, mírame la cara, los pies... las manos, el mantón negro... Estoy loca con este asilo pastelero, y no hago más que pedir, pedir, pedir al Verbo y a la Verba. Sr. Pepe, ¿me hace usted esos gatillos o no?... ¡peinetas se debían volver!». La idea... la pícara idea i
Esta pícara imaginación... Es como cuando tú te ponías enfermo y delirante esperando ver salir una carta que no salía nunca. Francamente, yo me creía más fuerte contra esta horrible neurosis de la carta que no sale». Una noche que hacía mucho frío, entró el Delfín en su casa no muy tarde, en un estado lamentable. Se sentía mal, sin poder precisar lo que era.
Pues peor es aún cuando el filósofo o el mulo, siguiendo la pícara comparación, tiene una compañera y la lleva de reata, y no la deja pacer tampoco. Mi obligación y mi gusto es seguir a mi marido por dondequiera que vaya; así me lleve a un desierto estéril como a la tierra de promisión. Por dicha, no creo que esté tan hundido en inútiles ensueños, que desconozca la realidad de la vida.
Corriente dije a Chisco por todo comentario a sus informes, que me dieron escalofríos ; pero ¿de qué se espantaron los caballos en el Puerto, y por qué me aconsejabas tú que picara al mío de firme? Y ¿por qué es la pregunta a estas horas, si se pué saber? preguntó a su vez el espolique, no poco sorprendido.
Palabra del Dia
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