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Estaba el hombre fuera de , delirante; y sin echar de ver que la vieja se había largado á buen paso de la habitación, siguió hablando como si delante la tuviera. «Espantajo, madre de las telarañas, si te cojo, verás.... ¡Desacreditarme asíIba de una parte á otra en la estrecha alcoba, y de ésta al gabinete, cual si le persiguieran sombras; daba cabezadas contra la pared, algunas tan fuertes que resonaban en toda la casa.

No podría decirle una palabra más. ¿Por qué Vd., precisamente, que apenas la conoce, y a quien la enferma no conoce tampoco más, ha sido en su cerebro delirante la semilla privilegiada? ¿Qué quiere que se sepa de esto?

Con la confusa y vaga memoria de un niño de doce años, esperaba ahora identificar al hombre adulto. Sin embargo, lo consiguió. Lo que no dijo jamás es cómo se salió con la suya. Hay dos versiones del suceso. Según una de ellas, el señor Tomás, visitando un hospital, descubrió a su hijo, gracias a un canto particular, que entonaba un enfermo delirante, soñando en su edad infantil.

La mujer artista, la triunfante mujer que se exhibe ante un público en medio de artístico artificio, es secretamente amada con un deseo delirante. Las heroínas de comedia, los astros de folies bergères han inspirado enormes pasiones y sus enamorados han llegado hasta el matrimonio, saltando por todos los obstáculos sociales y resignándose a no hallar ningún obstáculo en la noche nupcial.

El delirante, el maniático, el loco se engañan en el objeto, mas en el sujeto: aunque no sea verdad lo que ellos piensan, es bien cierto y verdadero que ellos lo piensan. Esta objecion es especiosa; pero deja en pie todas las dificultades en contra del sistema á cuyo favor se aduce; y por otra parte no carece de respuesta, en cuanto tiende á debilitar la verdad objetiva.

Vamos, esto no se puede sufrir. ¡Decir que le hemos envenenado el chocolate...! ¡Gusto a arsénico!... clavado... ¡pero tan clavado...! Levantose en actitud de desesperación y volvió a la inquietud delirante de sus paseos... «Tendré que dejarme morir de hambre... es horrible... Mi casa llena de enemigos. Las personas que más me querían antes, ahora desean mi muerte».

La brisa de la noche entre sus hojas Hace brotar suspiros de dolor, Cual de tus labios ecos misteriosos El delirante beso del amor. La selva umbría que lo guarda en torno Impide ver sus ondas de cristal, Cual del pudor el velo misterioso Sombrea tu semblante sin igual.

¡Hurra! ¡Muerte a los ingleses! gritaron los diez y nueve piratas que quedaban en estado de combatir, ennegrecidos por la pólvora y por el humo, y desnudos hasta la cintura para maniobrar con más facilidad. Y una especie de alegría feroz y delirante los exaltó.

Puedo asegurar que mi espíritu de observación no se ejercitó en mi primer baile. Sólo me queda de esa fiesta algo así como la impresión de un placer delirante, y el recuerdo de las necedades que dije, y eso porque me costaron una buena reprimenda al día siguiente.

Los castillos encantados de los libros de caballería, con sus damas, enanos, salones, subterráneos, hechizos y todas sus locuras, son un informe agregado de partes muy reales que la imaginacion del escritor componia á su manera, sacando al fin un todo que solo cabia en los sueños de un delirante.