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Actualizado: 9 de junio de 2025
De esperar es que lo sea con el tiempo el erudito y elegante escritor D. Marcelino Menéndez y Pelayo. Entre tanto, no faltan eruditos italianos que se ocupen con amor en este asunto. Recientemente la Real Academia de Ciencias de Turín ha publicado sobre él una hermosa memoria, debida al saber y talento del doctor Victorio Cian.
Tinta y papel. Llegadme aquí una silla. Sacan un bufete y recado de escribir, y siéntase el REY a escribir. CONDE. Aquí está todo junto. SANCHO. Su gran valor espanta y maravilla. Al Rey hablé, Pelayo. PELAYO. El es hombre de bien, ¡voto a mi sayo! SANCHO. ¿Qué entrañas hay crueles Para el pobre? PELAYO. Los reyes castellanos Deben de ser ángeles. SANCHO. ¿Vestidos no los ves como hombres llanos?
A los hijos del carnicero sucederia lo que hoy sucede á muchos hijos de la historia, á muchos hijos de Pelayo que yo conozco, y de quienes no quisiera acordarme, como no se queria acordar nuestro Cervantes del lugar de la Mancha. ¿Qué era el feudalismo, la gerarquía de los señores, sino la holganza convertida en virtud suprema, en una especie de cánon sagrado?
Don Marcelino Menéndez y Pelayo hubiera podido entonces decir sin rencor, hablando de América, en su obra titulada Ciencia española, que la ingratitud y la deslealtad son fruta propia de aquella tierra. El mismo Sr.
Hice algunas diligencias Por no volver a cansarte, Pero ninguna fué parte A mover sus resistencias. Hablóle el cura, que allí Tiene mucha autoridad, Y un santo y bendito abad Que tuvo piedad de mí, Y en San Pelayo de Samos Reside; pero mover Su pecho no pudo ser, Ni todos juntos bastamos.
Este escritor sostiene que Zaragoza fué ganada el año 714 y no el 716, como dice Rasis, fundándose para combatir el error de este último, en que un año antes del 716, el general Tarif, y el gobernador Muza habian vuelto de la Francia gótica á Córdoba, refiriendo en su apoyo una carta que supone escrita por D. Pelayo á Tarif en la era 753 ó año de J. C. 715.
D. TELL. Veinte vacas Y cien ovejas darás A Sancho, a quien yo y mi hermana Habemos de honrar la boda. SANCHO. ¡Tanta merced! PELAYO. ¡Merced tanta! SANCHO. ¡Tan grande bien! PELAYO. ¡Bien tan grande! SANCHO. ¡Rara virtud! PELAYO. ¡Virtud rara! SANCHO. ¡Alto valor! PELAYO. ¡Valor alto! SANCHO. ¡Santa piedad! PELAYO. ¡Piedad santa! D. TELL. ¿Quién es este labrador Que os responde y acompaña?
Claro está que muy fácilmente y con erudición de segunda mano, tomada de varios autores españoles, entre los cuales sobresalen Menéndez y Pelayo y Amador de los Ríos, pudiera yo extenderme aquí y convertir en libro este artículo para demostrar hasta la evidencia que todo el saber arábigo-judaico de España fue propio de los españoles, y que éstos, no sólo le crearon, sino que le divulgaron por toda Europa.
A los seis años de la decolacion del niño Pelayo, padecen martirio Vulfura y Argentea ; luego Almanzor, que como violento torbellino penetra cincuenta y dos veces por los dominios de la España católica, llena las mazmorras de cautivos cargándolos de pesadas cadenas ; por último, á impulso de su desprecio altanero y cruel perecen en tenebrosas cárceles el ejemplar Domingo Sarracino y sus compañeros.
No mucho tiempo después de la invasión mahometana se convirtió en ofensiva la guerra de los cristianos, limitados en un principio á la defensa de su inaccesible territorio, luchando tan valientemente los bravos descendientes de Pelayo, que hacia fines del siglo VIII comprendía el reino de Asturias ó de Oviedo la mayor parte de Galicia y de León.
Palabra del Dia
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