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Parte primero del imperio universal, que aun después de desplomarse ha seguido dominando en épocas y pueblos diversos; habiendo luego adquirido nuevos elementos de vida por la invasión de una raza germánica, que mezclándose con la romana ha contribuído tan poderosamente á cimentar la cultura de los Estados modernos, España llevó en el mismo germen de cultura que estos, y dió á su tiempo iguales frutos, aunque modificados por sus condiciones especiales.

Amat entró solo en la cárcel, y recibido a pedradas, contuvo con su espada a los rebeldes. Al otro día ahorcó docena y media de ellos. Como se ve, el hombre no se andaba con repulgos. Amat principió a ejercer el gobierno cuando hallándose más encarnizada la guerra de España con Inglaterra y Portugal, las colonias de América recelaban una invasión.

No es este el momento, ni entra en mi propósito estudiar las causas que la originaron ni establecer las responsabilidades respectivas; pero no cabe duda que la influencia irresistible de Chile, la lenta invasión de su comercio y de su industria a lo largo de las costas del Océano, desde Antofagasta a Panamá, se habría ejercido de una manera fatal, dando por resultado la prosperidad chilena, más seguramente que por la victoria alcanzada.

Ellos eran valientes... pero de ciudad, y no iban a medirse con un bruto, que se pasaba la semana durmiendo en la sierra con los lobos. El señor Fermín dejaba transcurrir el tiempo mostrándose insensible a cuanto le rodeaba, a cuanto se decía cerca de él. Un día, el triste silencio de la ciudad le sacó por unas horas de su anonadamiento. Iban a dar garrote a cinco hombres por la invasión de Jerez.

Estos procedimientos subversivos de toda forma recibida, podrían dar lugar a muy largos comentarios, si no fueran sistemáticos y característicos. ¿Qué objeto llevaba a Quiroga esta vez a Buenos Aires? ¿Es otra invasión que, como la de Mendoza, hace sobre el centro del poder de su rival?

Debe usted salir de ahí: usted es mi tío dijo con orgullo . Vuelva á su casa, donde le corresponde estar. Mis camaradas tendrán mucho gusto en conocerle; son hombres muy distinguidos. Se lamentó luego de lo que el viejo hubiese podido sufrir. No sabía con certeza en qué consistían tales sufrimientos, pero adivinaba que los primeros instantes de la invasión habrían sido crueles para él.

Como entonces mi familia hizo correr la voz de que yo había pasado a América, Napoleón dijo: «Pues no hay cuidado ninguno», y ordenó la invasión. Ya, ya me conoce de antiguo.

Quisieron los propietarios disminuirlos, pero la clientela yanqui declaró que el día que un cotelette valiera menos de un dólar, o una botella de Mumm extra dry menos de diez fuertes, abandonarían la casa. Obligados por la ley a sufrir la presencia de la gente de color en los tranvías y paseos, no tienen más valla que oponer a la invasión democrática que el bolsillo. Y lo emplean largamente.

Dudaba de que fuese cierto su viaje. Además, le parecía inverosímil este intento de sublevación. Sería una alarma más de las muchas inventadas por la desesperación de los hambrientos. Equivalía a una locura intentar la invasión de la ciudad estando en ella las tropas.

Se queria que en caso de invasion el gobierno belga contase con un refugio seguro en Ambéres, y para eso se creia indispensable mantener las antiguas fortificaciones, ó en caso de demolerlas construir otras nuevas y mas formidables.