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Actualizado: 8 de mayo de 2025
Estos procedimientos subversivos de toda forma recibida, podrían dar lugar a muy largos comentarios, si no fueran sistemáticos y característicos. ¿Qué objeto llevaba a Quiroga esta vez a Buenos Aires? ¿Es otra invasión que, como la de Mendoza, hace sobre el centro del poder de su rival?
En efecto; gracias a una mecánica habilísima, auxiliada de la química y de otras maravillosas disciplinas, en lo interior de cada figura empieza el corazón a moverse, corre la sangre por arterias y venas, el pulmón recoge aire y hace mil operaciones con él, y, por último, y para no cansar, suben hasta los sesos muchos átomos de fósforo y de otras esencias volátiles, se cuelan allí, como Pedro por su casa, en varias celulillas, y a poco rato, como de los gusarapos, orugas y otros gusanillos, salen mariposas, beatillas y mosquitos, brota multitud variada de pensamientos y sentimientos buenos y malos, que no tardan en convertirse en crímenes o en hazañas, en sermones morales o en discursos subversivos, en obras de caridad o en estupros y asesinatos.
Nada, hombre, nada más que estudiantes. Basilio recobró su serenidad. ¿Qué ha pasado, pues? se atrevió á preguntar. Se han encontrado pasquines subversivos, ¿no lo sabía usted? ¿Dónde? ¡C ! en la Universidad. ¿Nada más que eso? ¡P ! ¿qué más quiere usted? preguntó el catedrático casi furioso; los pasquines se atribuyen á los estudiantes asociados, pero, ¡silencio!
Al otro amaneció Madrid obstruido de barricadas, las casas atrancadas; patrullas de soldados y ciudadanos armados por las calles y ruido incesante de fusilería; muchos gritos subversivos, como dicen los bandos de las autoridades, y mucho jaleo, como dicen los que se paran a leerlos. Había estallado la gorda. ¡Quién pensaba en matemáticas, retórica y psicología en el colegio!
Y como ella hiciese un mohín de sorpresa, continuó: Quiero decir que esa falda tan hueca, ese moño tan bajo, esos rizos tan... subversivos, todo tan... flamenco no está en relación con la belleza elegante y distinguida de usted. Cuanto lleva usted encima pide una cara más, enérgica, facciones duras... Gracias por la galantería repuso ella secamente. Pero no le fue desagradable la lisonja.
En efecto, la noticia de haberse encontrado pasquines subversivos en las puertas de la Universidad, no solo quitó el apetito á muchos y trastornó la digestion á otros, sino que tambien puso intranquilos á los flemáticos chinos, que no se atrevieron á sentarse en sus tiendas con una pierna recogida como de costumbre, por temor de que les faltase tiempo de estenderla para echarse á correr.
Llamar a su puerta a las altas horas de la noche; decirle con voz entrecortada que «ahí viene la policía» y que se oculte; acompañarle por recónditas callejuelas a un escondrijo seguro; meterle en la mano unos cuantos pesos ahorrados a fuerza de liar pitillos; recibir, en cambio, un haz de proclamas para repartir al día siguiente, con la advertencia de que «si se las cogen, puede contarse ánima del Purgatorio»; distribuirlas con sigilo y celo; y por recompensa de tantas fatigas, de riesgos semejantes, ganar un expresivo apretón de manos, una mirada de gratitud del proscrito.... Si el heroísmo es cuestión de temperatura moral, Amparo, que se hallaba a cien grados, tal vez se dejara fusilar por la causa sin decir esta boca es mía; y quién sabe si andando los tiempos no figuraría su retrato al lado del de Mariana Pineda en los cuadros que representan a los mártires de la libertad.... Feliz o desgraciadamente, lo que ustedes quieran, que por eso no reñiremos, los tiempos eran más cómicos que trágicos, y los loables esfuerzos de Amparo no le obtuvieron otra corona de martirio sino el que en la Fábrica se prohibiese la lectura de diarios, manifiestos, proclamas y hojas sueltas, y que a ella y a otras cuantas que pronunciaron vivas subversivos y cantaron canciones alusivas a la Unión del Norte las suspendieran, como suele decirse, de empleo y sueldo.
Palabra del Dia
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