Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 16 de julio de 2025


Los dos se aproximaron simultáneamente, cruzáronse los aceros a seis pulgadas de la punta y luego de separarse un tanto los padrinos a derecha e izquierda respectivamente, comenzó la brega en seguida que se oyó la frase sacramental: ¡Pueden empezar, caballeros!

Manifestó el representante de Pirovani que don Carlos Rojas no podría asistir á tal reunión, por haber ido á Fuerte Sarmiento en busca de un médico que presenciase el duelo; pero él suscribiría todos los documentos necesarios en nombre de su amigo. Y los dos padrinos dieron por terminada su entrevista.

Rompámonos la crisma en el acto, ya que así lo deseas. Pocas más palabras mediaron entre ambos. De los mismos tertulianos allí presentes eligieron uno y otro los padrinos, quienes arreglaron un duelo a sable para el día siguiente por la mañana.

Eran los padrinos que les asistían en la lucha. Se inclinaban y levantaban al mismo tiempo que ellos, doblándose al compás de los movimientos del perforador, sirviendo de péndulo que regulaba el vaivén del trabajo. Al mismo tiempo, excitaban al compañero con sus gritos: rugían ¡haup! ¡haup! al doblarse por la cintura, señalando cada golpe con esta exclamación.

En realidad, hacía mucho hincapié en este asunto, porque era sabedor de que el periodista moderado pensaba elegir el sable, no porque lo manejase con gran destreza, sino porque, dada su estatura y corpulencia, debía llevar ventaja al adversario. Los padrinos de aquél defendían con igual tesón su derecho, por ser el ofendido. A las diez de la noche aún no habían podido arreglarse.

Los otros padrinos debían haberlo contado todo. ¡Qué de comentarios! Y el miedo á encontrarse con las gentes, que sin duda repetían su nombre á todas horas, le hizo permanecer recluído, esperando que le olvidasen. Alguien perdería ó ganaría en el Casino una suma importante, y esto bastaba para que los curiosos dejasen de hablar de él. Empezó á pesarle la soledad como un suplicio.

Los padrinos de Lita habían sido sus abuelos, los padres de su mamá, y los dos murieron antes de que Lita cumpliera un año. Así es que la niña, como no llegó a conocerlos, no podía acordarse de ellos. La mamá no quería decirle que habían muerto, porque Lita era muy impresionable. Podía pensar: «Los padrinos de mis hermanitos viven, y ellos viven y se mueven.

Me gustaría verla: debe ser algo curioso. La mirada de Toledo vagó indecisa por el pecho de aquel oficial, como si inventariase sus condecoraciones, deteniéndose en las estrellas que moteaban la cinta rayada de su Cruz de Guerra. Cada una de ellas era símbolo de una hazaña. Cuando el teniente lo presentó á sus padrinos, continuaron las desorientaciones de don Marcos.

Cabesang Tales que se había acercado curioso, cerró los ojos y se alejó inmediatamente como para ahuyentar un mal pensamiento. Tanta riqueza insultaba su desgracia; aquel nombre venía allí á hacer gala de su inmensa fortuna precisamente en la víspera del día en que él, por falta de dinero, por falta de padrinos tenía que abandonar la casa que había levantado con sus manos.

Más tarde regresó á París, donde publicó el libro «Flechas de oro», que obtuvo gran éxito, y se batió con Alberto Wolf, que había censurado sin miramientos la obra de Banville. El desafío fué á pistola. Al oír pasar cerca de su cabeza la primera bala, Glatigny se volvió hacia sus padrinos, diciendo con resignación exquisitamente cómica: «Está visto que han de silbarme en todas partes...»

Palabra del Dia

buque

Otros Mirando