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Actualizado: 1 de junio de 2025


En Londres había creído enamorarse de un duque que databa del tiempo de los Estuardo. Después olvidó este amor, adivinando que en el porvenir tendría celos de la cuadra de dicho personaje. El duque la olvidaría por sus caballos de carreras. En Francia puso sus ojos en varios escritores célebres. Pero todos eran casados ó arrastraban desde su primera juventud compromisos ineludibles.

Me haría usted, D.ª Rafaela, un favor inmenso, que no olvidaría jamás, si la encomendase a Dios en sus oraciones. Con todo mi corazón. Pierda usted cuidado. No dejaré un día de rezar por ella y en el aniversario confesaré y comulgaré por su intención. ¡Oh, señora, eso es demasiado! exclamó Llot abrumado por tanto favor. Eso no significa nada. Ya sabe que yo me confieso cada ocho días.

Kate lo pagaría en la tienda, y ella se olvidaría, de seguro, de pagarlo a Kate; porque en estas cosas de pagar era la duquesa mujer muy distraída... Al salir Kate, avisó que el señor marqués había vuelto. Dispensa un momento, Beatriz exclamó vivamente Currita . Voy a decir adiós a Fernandito. La duquesa hizo un gesto de complacencia íntima ante la ternura conyugal de su amiga.

Hasta le llegaron á decir que ya que no pagaba podía ahorrar sus visitas. La señora se olvidaría de la existencia de sus tierras. ¡Ah, no, doña Manuela! Pimentó era exacto cumplidor de sus deberes, y como arrendatario debía visitar á su ama en Navidad y en San Juan, para demostrarle que si no pagaba no por eso dejaba de ser su humilde servidor.

No olvidaría Frasquito, si mil años viviese, aquella grandiosa fiesta, a la que asistió de bandido calabrés. Y se acordaba de todos, absolutamente de todos los trajes, y los describía y especificaba, sin olvidar cintajo ni galón.

Mi Chermidy, simple como un remo, no adivinó que sería él quien pagaría el menú. Según los relatos oficiales, se relamía los labios y se prometía escuchar atentamente las comedias con que se acostumbra sazonar un festín chino. »Desembarcó con el cónsul y cuatro hombres de escolta, bajo una lluvia persistente. Ya comprenderá usted que no olvidaría su uniforme de gala.

Entre los dos se establecerá un parentesco de cariño, de agradecimiento y de amistad que no nos separará sino en el sepulcro. ¿Insiste usted en lo que manifestó aquella noche? Creo que no lo habrá olvidado usted, pues yo, si cien años viviera, no lo olvidaría. No lo he olvidado, y ahora repito lo que dije, y me confirmo en ello. El héroe se detuvo y la miró con seriedad afable....

Desde aquel día el Magistral influyó cuanto pudo en aquel espíritu que dominaba por entonces, para arrancarle de la contemplación y atraerle a la vida activa. «Si se remontaba demasiado, le olvidaría a él, que al fin era un ser finito.

Acaso aquel amor que subyugaba mi alma, aquel sentimiento inefable que ennoblecía mi espíritu y dirigía mis pensamientos hacia los propósitos más nobles, sería pasajero como la vida de aquellas flores que no bien fueran arrancadas del tallo se doblarían pálidas y mustias. ¡Sería cierto que el amor de Angelina estaba destinado a vivir eternamente! ¿Sería verdad lo que me dijo la joven, que pronto la olvidaría?... No, que la amaba yo con todo mi corazón, con toda la energía de mi alma.

Nunca se le olvidaría a don Álvaro un combate de amor que duró tres noches, y fue más glorioso para la vencida que para el vencedor. La escena representaba una panera, casa de madera sostenida por cuatro pies de piedra, como las habitaciones palúdicas sustentadas por troncos, y las de algunos pueblos salvajes.

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