United States or Peru ? Vote for the TOP Country of the Week !


Ambas Juanas no recibían a don Paco en la sala, sino en el patio, donde se gozaba de mucha frescura y olía a los dompedros, que daban su más rico olor por la noche, a la albahaca y a la hierba luisa, que había en no pocos arriates y macetas, y a los jazmines y a las rosas de enredadera, que en Andalucía llaman de pitiminí, y que trepan por las rejas de las ventanas, en los cuartos del primer piso, donde dormían Juanita y su madre.

Pues el Provisor desnuda a todos los santos para vestirse él. Es un pillo, a fe de Barinaga, un pillo que ya yo de qué muerte va a morir. Barinaga olía a aguardiente. Era el olor de su bilis. Don Cayetano se encogió de hombros y dio media vuelta.

Y el aliento, que, sin duda alguna, olía a ensalada fiambre y trasnochada, a él le pareció que arrojaba de su boca un olor suave y aromático; y, finalmente, él la pintó en su imaginación de la misma traza y modo que lo había leído en sus libros de la otra princesa que vino a ver el mal ferido caballero, vencida de sus amores, con todos los adornos que aquí van puestos.

A cada nuevo plato, renovabásele el goce que los estómagos no estragados y hechos a alimentos sencillos hallan en la más leve novedad culinaria. Paladeó el Burdeos, dando con la lengua en el cielo de la boca, y jurando que olía y sabía como las violetas que le traía Vélez de Rada a veces.

Muy pùblico en la costa se decia, Que al tiempo que murió aqueste prelado La pieza y aposento mucho olia, Y el sepulcro fuera sepultado. Aquel que en la mortaja le envolvia, Conjuramento lo ha testificado, Y así lo dicen hoy los lusitanos, Que muerto, bien le olian pies y manos.

El ropaje negro del cura revelaba desaseo, y este detalle bien observado por Fortunata la ilusionó otra vez respecto a la santidad del sujeto, porque en su ignorancia suponía la limpieza reñida con la virtud. Poco después, notando que su futuro hermano político olía, y no a ámbar, se confirmó en aquella idea.

Rafael se sentó al borde del camino, acariciado por la frescura del césped. ¡Qué bien olía aquello! La violeta, asustadiza y fragante, debía andar por allí cerca, oculta bajo las hojas. Sus manos buscaron a lo largo del ribazo las florecillas moradas, cuyo perfume hace soñar con estremecimientos de amor. Formaría un ramito para ofrecérselo a Leonora cuando pasase.

Si es todo un caballero formal declaró la señorita dándole un beso en su cara sucia que aún olía a la endiablada pintura . ¿Cómo estás hoy tan serio y ayer te reías tanto y me enseñabas tu lengüecita? Estas palabras rompieron el sello a la seriedad de Juanín, porque lo mismo fue oírlas que desplegar su boca en una sonrisa angelical.

La tenacidad de estas resistencias, que preveía, pudo apreciarla al siguiente día, cuando misia Gregoria, contra su costumbre, la habló acremente de aquella larga conversación, que olía a temporada, con el renacuajo. ¿A qué tanto palique? ¿qué le había dicho? Si él se hizo el pegajoso, como mal educado que era, haberle plantado.

Pasó de mano en mano el leve fardo, hasta llegar a Josefina, que lo devolvió a la portadora muy deprisa, declarando que olía mal. No ven el agua ni una vez en el año decía confidencialmente a su cuñado doña Dolores y salen más fuertes que los nuestros. Yo, matándome, y sin poder conseguir que esa Lola se robustezca.