United States or Pakistan ? Vote for the TOP Country of the Week !


Vaya, vaya, ojo con lo que hablas, porque si te descuidas te va á quedar la lengua fuera de los dientes. ¡Qué! ¿te ofendes porque te comparo con los animales? Pues, querido, lo mismo que yo todos tenemos algo, mayormente, del animal. ¿Será en las uñas? No... ¿Será en los dientes? Tampoco... Entrando en el terreno filosófico, que era su fuerte, Martinán se hallaba en el colmo de la alegría.

Y querer mora á cristiano? Eso mejor lo entiendes. Ay Silvia, como me ofendes Y me lastimas temprano! Yo, mi señora, en qué suerte? Escucha, y te lo diré, Que escuchandome, bien Que vendrás á enternecerte.

Hoy, en cuanto a , serían un crimen, y por parte tuya una vileza. Concluiríamos aborreciéndonos. Bueno, como quieras, puede que tengas razón; pero yo no me conformo. ¡Qué impresión me causó encontrarte! ¡Cuánto me has hecho soñar! Ahora, ahora es cuando te adoro. ¡Idea, imagina, propón un medio, un recurso! Soy capaz... ¿De qué? No hables más, que me ofendes.

Ogenio replica Antón, me ofendes. Que te digo que no quieres vender. ¡Que mal rayo me parta si he venío á otra cosa á la feria! Y sábete que por ese dinero ya no tendría en casa los novillos hace una semana, si los hubiera querido vender...; pero hoy por ser pa ti.... Pos yo no doy por ellos más que veinticinco doblones. no quieres comprar, Ogenio.

Hombre de partido, haces la guerra a otro partido; o cada vencimiento es una humillación, o compras la victoria demasiado cara para gozar de ella. Ofendes y no quieres tener enemigos. A ¿quién me calumnia? ¿quién me conoce? me pagas un salario bastante a cubrir mis necesidades; a ti te paga el mundo como paga a los demás que le sirven.

No, señor, para que saliera a bebérselo en la primera esquina. Nanita, me ofendes con eso replicó Agapo; hace mucho tiempo que no tomo... desde aquella promesa que te hice. En cuanto a mi traje, no encontrarás un uniforme más apropiado para estos tiempos de crisis; ya se verán obligados a vestirlo muchos de los ricachos a la minuta, que se zarandean por ahí. Además, no estoy tan mal como dices.

¿Tienes confianza en ? ¿Crees que yo puedo ofenderte, sea cual fuere lo que te diga? No, alma mía. Habla sin miedo. Mira, Pepe: yo tengo ahorritos de lo que papá me da todos los meses para alfileres: muy poco... ¿lo quieres? No para , no; para tu padre. No, vida mía, gracias: no quiero nada. Pues dime que no te ofendes porque te lo haya dicho. no puedes ofenderme, aunque quieras.

Dilo claro: ¿crees que yo no siento por ti más que un deseo... un capricho?... Ya te he dicho otra vez que me lastima esa idea; yo no he nacido para satisfacer caprichos. Sólo la palabra me ofende y me repugna. Lo que quiero decirte es que confundes lo poco que me puedas querer con... lo otro. que me ofendes. ¿Cuándo se te ha acercado un hombre que te respete más que yo?

Tristán, ¿qué estás diciendo? Repara que ahora me ofendes . Yo no he buscado la amistad de Estévanez.

Cuando cerré mi carta, estaba yo tranquilo. En ella le hablé francamente: «¿A qué pensar en eso, Linilla mía? ¡Te amo, te adoro! ¿Qué motivos tienes para dudar de mi fidelidad? Me ofendes cuando dices que tarde o temprano he de olvidarte. Angelina: eres cruel conmigo, y no temes lastimar mi corazón. ¿No dices que me amas? Pues entonces, ¿por qué dudas así de mi cariño?