Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 26 de junio de 2025
Y diga usted, señor Campistrón, ¿en qué época exacta se marchó de Francia? Partió hace dos años con Novelli. Dos años... ¿Está usted seguro? Segurísimo; en el mes de agosto trabajaba todavía conmigo... Mi señora puede decirlo y nuestro acompañante puede atestiguarlo... Toda la casa lo afirmará... ¿Pero con qué objeto? Nadie sabe lo que puede ocurrir, dijo gravemente Marenval.
Campistrón, domínate; se trata de responder á estos señores. Quieren saber dónde está la compañía de Novelli. ¡Novelli! ¡Novelli! dijo desdeñosamente el antiguo tenor. Sí, por cantar con ese polichinela napolitano me dejó Jenny. ¡Una muchacha que yo hubiera colocado en la Ópera si hubiera querido escucharme! Pero no; se empeñó en cantar de pecho... ¡Ella, cantar de pecho! ¡Horror!
Nunca la Hawkins y Novelli habían cantado mejor, según la impresión unánime de todo el teatro. La representación empezaba de tal modo, que tenía que acabar en un gran triunfo. Harvey y sus dos hijos estaban en el palco, donde reservaban un sitio para Marenval. Tragomer y Jacobo tenían otro palco más oculto á fin de no dejarse ver.
Después, recobrándose prestamente en una transición de voz y de ademán que sus compatriotas Novelli y Zacconi hubiesen admirado, agregó: Perdone usted mi incorrección: no he podido contenerme... El solo nombre de esa mujer funesta me vuelve loco... Ha de saber usted que yo soy el marido de Eleonora Duse...
¡Ah! ¿Novelli? continuó la buena señora con cura desdeñosa. ¡Una vocecilla blanca!... Un buen tenor para los que gustan de ese tipo de voz... Eso no tiene éxito en Francia.
Se estaba sirviendo el plato de pastelería y Tragomer, que estaba silencioso, se volvió hacia Frecourt y le dijo en tono indiferente: Usted, que conoce á todos los cantantes del universo, ¿quién es Jenny Hawkins? ¿Jenny Hawkins, la que hace expediciones al extranjero con Novelli? Pues es, sencillamente, Juana Baud. Al oir esto, Tragomer no pudo contener un movimiento. ¡Juana Baud!
Y con firme brazo se asestó una puñalada en el mismo sitio en que había herido á Sorege. Siguió de pie, pero la voz se extinguió en sus labios. Un hilo de sangre surgió de la garganta y se deslizó por el traje blanco. Sus ojos se nublaron. Novelli se levantó en este momento y se arrojó sobre su compañera gritando: ¡Socorro! ¡Se ha herido! Un espantoso rumor partió de todos los puntos de la sala.
La ópera fué muy bien... Novelli fué muy aplaudido... y yo no poco. La cantante se sentó cerca de Sorege en una silla baja, al lado de la chimenea. Sí, estaba en el teatro y no era solo á devorar á usted con los ojos; había otras personas que se interesaban igualmente por usted... ¿Su prometida de usted y el buen Julio Harvey, sin duda? dijo Jenny en tono irónico y con una viva mirada.
Así no debe extrañar que actores como Zacconi, como Novelli, como Coquelin, esos reyes del gesto que han bordado las perfecciones supremas de su arte, tengan un repertorio pequeño; los Balzac no abundan; la intensidad, grata á los atenienses, generalmente se logra á expensas de la cantidad, que admiran los bárbaros.
Novelli y su compañía se encuentran en este momento en Veracruz... Desde allí van á Méjico y á Tampico, después pasan á la Guyana... bajan á las Indias Neerlandesas, tocan en Colombo y vuelven á Europa en la primavera para hacer la temporada de Londres... ¡Ah! dijo Tragomer, ¿Jenny Hawkins irá á Londres? En el mes de mayo cantará en Covent-Garden...
Palabra del Dia
Otros Mirando