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Actualizado: 5 de junio de 2025
Tragedias de D. Nicolás Fernández de Moratín y de otros. Comella D. Ramón de la Cruz. La Huerta. ANTES de continuar narrando la historia posterior de la literatura dramática española, daremos algunas noticias relativas á la forma externa de los teatros. En el año de 1708 el director de una compañía de cómicos italianos, llamado Bartoli, consiguió el permiso de construir en Madrid otro teatro.
La joven se animaba narrando los incidentes de la cacería. Tristán la miraba embelesado, admirando en lo íntimo de su ser la juventud, el vigor y la hermosura de su prometida. ¿Pero estás segura de que has alcanzado con los perdigones a ese ánade? ¿Cómo no, puesto que ha caído? Es que yo no creo una palabra de la eficacia de tu puntería.
No... yo no quería decirte... Es simplemente un dato fisiológico. Recobrose el joven y volvió a coger el hilo de sus impresiones. Las iba narrando con entusiasmo, de un modo incoherente, como si estuviese solo.
Cerráronse las puertas y D. Félix, sin querer tomar nada de lo que D.ª Robustiana le ofrecía, se retiró á su habitación. Manolete en la cocina de abajo estuvo largo rato narrando á los mayordomos y á la servidumbre los incidentes de la enfermedad y muerte de la señorita. Al día siguiente D. Félix no quiso salir de su cuarto ni recibir á nadie.
Y descuidadamente, sin pensar que los de Entralgo iban á necesitar pronto de tu invencible brazo, te entretuviste alegremente narrando amores y combates. En vano te dijeron: «Bartolo, parece que hay palos en la romería». Tú no hiciste caso, acostumbrado como estabas á despreciar los peligros, y enardecido por la plática y la sidra seguiste relatando la historia maravillosa de tus hazañas.
Por ejemplo, narrando la historia de Mucio Scévola, yo terminaba así: Quemó su mano derecha para castigarla por haberse equivocado, lo que prueba que no era sino un imbécil. El cura que un momento antes me escuchaba con aire complacido, se estremecía de indignación: ¡Un imbécil, señorita! ¿y porqué?
Como veinte años antes de la historia que vamos narrando, llegaron a la ciudad donde sucedió, un caballero de mediana edad y su esposa, nacidos ambos en España, de donde, en fuerza de cierta indómita condición del honrado don Manuel del Valle, que le hizo mal mirado de las gentes del poder como cabecilla y vocero de las ideas liberales, decidió al fin salir el señor don Manuel; no tanto porque no le bastase al Sustento su humilde mesa de abogado de provincia, cuanto porque siempre tenía, por moverse o por estarse quedo, al guindilla, como llaman allá al policía, encima; y porque, a consecuencia de querer la libertad limpia y para buenos fines, se quedó con tan pocos amigos entre los mismos que parecían defenderla, y lo miraban como a un celador enojoso, que esto más le ayudó a determinar, de un golpe de cabeza, venir a «las Repúblicas de América», imaginando, que donde no había reina liviana, no habría gente oprimida, ni aquella trabilla de cortesanos perezosos y aduladores, que a don Manuel le parecían vergüenza rematada de su especie, y, por ser hombre él, como un pecado propio.
A mi ver, es un milagro de prodigiosa sutileza el que realiza Tofail al ir narrando el interior desenvolvimiento del pensar en la mente de su héroe solitario y mudo. Seguirle en esto no se puede aquí por falta de espacio y más aún por falta de suficiente aptitud en mí para extractar sin rebajar el valer de la obra.
Paca se mostraba alegre, satisfecha y no daba paz á la lengua, narrando las aventuras de su paseo, haciendo observaciones profundas unas veces, otras ligeras, siempre atinadas, sobre todo lo que había visto y oído. Pero se detuvo de pronto y las cortó para decir á Velázquez bruscamente: Esta mañana he visto á Soledad, ¿sabes? Ya no se va hasta dentro de unos días.
Célebre ciudad de jugadores fué Villaverde allá en los tiempos coloniales, y sotas, caballos y reyes, se llevaron de allí más dineros que de la Veracruz los piratas de Lorencillo. Ahora, es decir, en los tiempos en que acaecieron los sucesos que voy narrando, contaba Birján pocos oratorios, pero aun tenía culto en muchos sitios.
Palabra del Dia
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