Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 12 de julio de 2025


Pésame mucho, mi señora doña Juana dijo el llamado don Gaspar , de que su majestad se haya acordado de para representarle en este padrinazgo, cuando su majestad la reina se ha acordado de vos para el mismo objeto. Ya que no me queréis bien, y lo siento, porque yo os estimo. La duquesa se mordió los labios y no contestó.

Fue como un rayo de luz que iluminó la situación e hizo más inteligible para Delaberge la extraña conducta del joven Princetot... El pobre muchacho amaba a la señora Liénard. Con la viva intuición de los enamorados, adivinó los propósitos matrimoniales de un recién llegado que le parecía sospechoso y el demonio de los celos mordió en su corazón.

Ni cuando se comió el arroz con leche que D.ª Robustiana tenía destinado al marqués de Cotorraso, un día que éste le visitó, ni cuando mordió los zapatos morados de su ilustrísima el obispo de Oviedo, que vino á girar la visita pastoral á Laviana y alojó en su casa, le vió tan descompuesto. ¡Cosa más extraña! Talín comenzó á sospechar que allí existía un gran secreto de familia.

A ver, Gonzalito, déjeme usted ese sitio; quiero estar al lado de Araceli. El pintor se mordió los labios de coraje. Cuando pocos minutos después llegaron al Escorial estaban allí esperándolos Reynoso y casi todos los invitados que habían asistido a la fiesta.

Petra se mordió los labios y dio media vuelta murmurando: ¡Orgullosa! ¿si creerá que no tenemos ojos?... Pues si a una no le diera la gana... pero yo lo hago por el otro.... , Petra lo hacía por el otro, por el Magistral, a quien quería agradar a toda costa. Tenía sus planes la rubia lúbrica.

A más de ser abadesa de las Descalzas Reales, en cuya comunidad tenía la condesa mucha familia, era parienta suya. Cuando la condesa llegó al locutorio, la dijo la tornera: Será necesario que vuecencia espere; la madre abadesa está confesando en estos momentos. La condesa se mordió los labios, porque aquella detención la contrariaba.

Y marcaba los ergos y los tues con una fruicion indecible y guiñaba el ojo como diciendo: ¡estás frito! Es que... es decir que... balbuceaba Plácido. Es decir que no has comprendido la leccion, espíritu mezquino que ¡no te entiendes y soplas al vecino! La clase no se indignó, al contrario, muchos encontraron el consonante gracioso y se rieron. Plácido se mordió los labios.

Agrega el cronista que el virrey tomó por lisonja fina la picante y epigramática respuesta. ¡Si viviría el hombre convencido de su omnipotencia! A la postre, el buen lego mordió el anzuelo y empezó por desenterrar cien peluconas. Y la botica se puso, luciendo en el mostrador cuatro redomas con aguas de colores y una garrafa con pececitos del río.

Sus pensamientos, encaminados hacia la melancolía, representáronle su pobre hogar, donde por su culpa iba a faltar muy pronto lo necesario, la modestia de su santa madre, que no vacilaba en desempeñar las tareas más humildes de la casa, y la de su inocente hermana, que con ella había aprendido a ser económica y trabajadora. Un remordimiento feroz le mordió el corazón.

Y después, no habrá partido sin gratificaros, dijo Clementina, deseosa de coger á Mauricio en flagrante delito de tacañería. Supongo que os habrá dado una moneda á cada uno.... ¡Una moneda! dijo el cochero; nos ha puesto buenamente un billete de cien francos en la mano y nos la ha apretado al mismo tiempo! La señorita Guichard se mordió los labios y dijo á sus gentes con voz ruda: ¡Está bien!

Palabra del Dia

buque

Otros Mirando