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Actualizado: 5 de junio de 2025
Y levantando el rostro al cielo, pidiendole su ayuda, se arrojó con su caballo en medio de los nuestros. Siguieronle hasta ciento de los más fieles, y por un grande espacio puso la victoria en duda; tanto puede en semejantes ocasiones la persona del Príncipe que se aventura. Hirió á muchos y mató á dos.
Desde el día de la disputa no se hablaban, mirándose entre ojos, como enemigas a muerte, y cuando salió Gregoria de la casa, la cabeza muy levantada, ni se despidió de ella ni de Pablo Aquiles, a quien llamaba mandria, echándole la culpa de todo. Si es la que mató a nuestro padre, ¿qué entrañas ha de tener? dijo Casilda llorando. Triste quedó el caserón, después del rompimiento.
Ya sé de quién me habla... Moreno; un pobre hombre, un iluso. No sé nada de él. Insistió Robledo en sus preguntas, pero le fué imposible á Elena encontrar en su memoria una imagen clara y fija de aquel desaparecido. Creo que murió. Se fué á su tierra, y allá debió morir ¿Dice usted que no volvió nunca?... Pues entonces moriría aquí. Tal vez se mató.
3 Asimismo hirió Ismael a todos los judíos que estaban con él, con Gedalías en Mizpa, y a los soldados caldeos que allí se hallaron. 4 Sucedió además, un día después que mató a Gedalías, cuando nadie lo sabía aún,
El aperador la había escuchado hasta entonces con desdeñosa frialdad, pero al sonar estas palabras fue a él a quien tuvieron que contener los hombres de la gañanía. ¡Bruja! rugió ¡a mí lo que quieras, pero a esa persona no te la pongas en la boca, porque te mato!
Y mostró un lacayo, que era el Adjetivo Necesario. Quítenmela, que la mato chillaba la Religión, que había venido á las manos con la Política; quítenmela, que me ha usurpado el nombre para disimular en el mundo sus socaliñas y gatuperios. Basta de indirectas. ¡Orden! dijo el Sustantivo Gobierno, que se presentó para poner paz en el asunto.
8 Mas entre aquellos fueron hallados diez hombres que dijeron a Ismael: No nos mates; porque tenemos en el campo tesoros de trigos, y cebadas, y aceite, y miel. Y los dejó, y no los mató entre sus hermanos.
Dorotea necesita vengarse, y para vengarse te llama. Tú eres mío y yo uso de ti. ¿Qué importa una muerte más? ¿No mataste anoche al amante de tu mujer? ¡Le mató Dios, le mató Dios! ¡Yo solo fuí la mano de Dios! Pues bien, seguirás siendo la mano de Dios, porque haciendo lo que Dorotea te mandará, habrás matado á ese infame. Pensadlo bien, Manuel, pensadlo bien. Lo tengo pensado. ¿Y decís que...?
»Te hice sufrir una injuria; »Tú no supiste perdonar la injuria y levantaste tu mano armada contra un hombre y le mataste. »Tú no eras merecedor de la felicidad. »El ángel que yo te había dado, vio sangre humana en tu frente y se horrorizó de ti... »Y el horror le mató. »Le mató como un tósigo lento.
La alegría del Rey con esta nueva no tuvo límites, y como todo le sale bien al que está alegre, él triunfó de sus enemigos en la guerra, mató por su propia mano a tres o cuatro reyes que le habían hecho no sabemos qué mala pasada, asoló ciudades, hizo cautivos, y volvió cargado de botín y de gloria a la hermosa capital de su monarquía.
Palabra del Dia
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