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Actualizado: 2 de julio de 2025


Iráse el loco a reinar en sus palacios. Tendrá su manto de una sábana blanca y su corona ribeteada de papel. Tendrá su mesa con pan de trigo y cuatro odres haciendo una cruz.

Las sombras temblorosas aprovechan la huída de la llama para envolverlos de nuevo en su manto tenebroso. El gabinete está solo. Una fantasía algo viva, espoleada por el miedo, pudiera, sin embargo, fácilmente imaginar otra cosa. Porque á menudo se ve correr una gran mancha negra por los muros, y pasar con la brevedad de un relámpago.

Y voy por él. ¡Un manto! ¡una litera! añadió dirigiéndose á una puerta . Después, venid, madre mía; él estará ya aquí. ¡No oís! ¡dueñas! ¡lacayos! Adiós, hija mía, adiós dijo la duquesa viendo que se acercaba gente, y salió. Pronto, doña Inés, mi manto; que pongan una litera al momento repitió con impaciencia doña Clara. Y cinco minutos después, dentro de una litera salía del alcázar la joven.

Esta invitación no la hacía á todos los visitantes: pero con él era distinto; él había ido á Roma en peregrinación y había visto el cuerpo de San Ignacio. Pasaron del castillejo al monasterio por una galería cubierta, en la que trabajaban varios obreros con pantalones y blusas del mismo azul celeste que el manto de la Virgen.

Bien parece, señor, que no se advierte, Le respondí, que yo no tengo capa. El dixo: aunque sea asi, gusto de verte. La virtud es un manto con que tapa Y cubre su indecencia la estrecheza, Que esenta y libre de la envidia escapa. Incliné al gran consejo la cabeza. Quedeme en pie: que no hay asiento bueno, Si el favor no le labra, ó la riqueza.

Pero abreviemos, estoy en ascuas... quiero verme fuera de aquí cuanto antes. ¿Te negarás ahora á seguirme? No, no, señor... pero no tengo manto... me he dejado arriba en mi aposento, en mi cofre las joyas que vuecencia me dió... Nos espera una silla de manos muy cerca... en cuanto á las joyas no importa... vamos. ¡Ah, señor...! ¡voy á seguiros...! ¡no lo que me sucede! ¡pero no me perdáis...!

26 Una campanilla y una granada, una campanilla y una granada alrededor, en las orillas del manto, para ministrar; como el SE

Turbada y confusa, Nina se escondió en un portal, para ver sin ser vista. ¡Qué desmejorada encontró a Doña Francisca! Llevaba un vestido nuevo; pero de tan nefanda hechura, como cortado y cosido de prisa, que parecía la pobre señora vestida de limosna. Cubría su cabeza con un manto, y Obdulia ostentaba un sombrerote con disformes ringorrangos y plumas.

Señalole entonces el Rey una hembra que bien envuelta en un manto que la tapaba toda, el rostro inclusive, iba por el camino, y le dijo que aquella era la suya, y que la siguiese hasta cogerla o más bien cazarla, pues a paso muy ligero iba la condenada.

Entre los dos balcones, sobre una de estas consolas y frente a una chimenea de mármol jaspeado que corona un colosal espejo, vese otro gran busto de Carlos III, cubierta por el manto real la armadura, ricamente cincelada.

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