Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 31 de mayo de 2025


Quedan ya muy pocos: los más han muerto; los restantes viven esparcidos en los hospitales ó han quedado inútiles para siempre. Yo conocía la guerra, una guerra de montaña contra los moros del Rif, y sin buscarlo había llegado en mi patria á teniente de la reserva. Tal vez por esto fuí sargento en la Legión á las pocas semanas... pero ¡las asperezas de la realidad!

Al pasar junto al Templo del Cielo, vi apiñada en una grada una legión de mendigos; llevaban por todo indumento un trapo amarrado a la cintura con un cordel; las mujeres, con los cabellos cubiertos de viejas flores de papel, roían huesos tranquilamente, y los cadáveres de las criaturas se pudrían a su lado bajo el vuelo de los moscardones.

Y sin embargo concluyó por decir el P. Gil, exhalando un suspiro y con los ojos clavados siempre en el balcón, ¿no sería infinitamente más dulce esta hora si fuese la entrada de una nueva vida, si por nuestra alma bajase una legión de ángeles que la llevasen a gozar de Dios eternamente, como creemos los cristianos? El mayorazgo alzó un poco los ojos e hizo signos de negación con la cabeza.

Ni millonarios, ni hombres de sports. Ella tomaría á quien quisiera escoger. Los hombres iban á ofrecerse á Mina Craven formando legión, satisfechos y felices si se dignaba hacerlos sus esclavos. Inmediatamente, como un síntoma de cariño fraternal, sus dientes castañeteaban de cólera y se le cerraban los puños. ¡Qué deseos tan vehementes tenía de aporrear á este compañero de juegos infantiles!...

El hijo del pacífico burgués catalán se había alistado en un batallón de la Legión extranjera, compuesto en gran parte de españoles é hispanoamericanos. Blanes rogó al capitán que viese á su hijo.

Todos se arrepintieron de su decisión, menos yo. No crean ustedes que fué por evitarme el pago de la apuesta. Yo tengo mis ideas, y he leído algo. Soy republicano... y Francia es el país de la gran Revolución. Ingresé en un batallón de la Legión extranjera que se organizaba en Bayona, compuesto en su mayor parte de españoles.

El pertenecía a esta legión de desgraciados, cuyas quejas no encontraban eco, que imploraban el pan con el rubor y la timidez de su levita raída, que hacían reír con lo grotesco de su miseria, sin infundir miedo como los obreros manuales.

La masa de sus cabellos se iría desprendiendo de ella cayendo al cabo en el fondo del ataúd como un montón de barreduras, la piel se huiría dejando al descubierto blanca como la porcelana la tapa del cerebro. ¿Cómo quedarían sus manos? ¡Ah! sus pobres dedos, aquellos dedos que tantas veces habían acariciado las sortijas de tus cabellos de ébano, que oprimieron las rosas de tus mejillas y humildes y temblorosos buscaban los tuyos en la obscuridad, servirían durante algunos días de festín a una legión de gusanos y serían pronto objeto de horror aun para ti misma, hermosa, si los vieses...

Bien dijo entonces: «Para sólo nació don Quijote y yo para él...» Bien dijo entonces, asimismo, como alguien le tildara de envidioso: «Descríbaseme la envidia, que yo no la conozco». En cambio, otros, y bien ilustres, la conocían por él... No estaba todavía muerto, no, pues que pensaba... Y sintió que se abría una puerta y entraban en tropel, como legión de espectros, conocidísimas figuras...

Lo iban á ascender de un momento á otro: figuraba entre los propuestos para la Legión de Honor. Don Marcelo se veía en lo futuro padre de un general joven, como los de la Revolución. Contempló los bocetos en torno de él, admirándose de que la guerra hubiese torcido de un modo tan extraordinario la carrera de su hijo. Al volver á casa se cruzó con Margarita Laurier, que iba vestida de luto.

Palabra del Dia

vorsado

Otros Mirando