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Actualizado: 24 de julio de 2025
Bien se echaba de ver que no había despertado en aquel momento. El sueño dulce de la juventud no arrebata de tal suerte las mejillas; no infunde en los ojos semejante brillo ni deja, sobre todo, tal expresión aciaga sobre el rostro. Por delante de aquellos ojos inmóviles y resplandecientes como el acero bruñido había desfilado durante la noche una procesión de fantasmas.
Los empleados dividen a los jugadores en dos categorías fundamentales: jugadores de a pie y jugadores sentados, y la primera categoría es la única que les infunde cierto pavor. Si el jugador de a pie gana, en efecto, hay muchas probabilidades de que se vaya con la ganancia. Puede dar un pase, dos, tres y marcharse con 15 o 20.000 pesetas.
El marino sintió la inquietud nerviosa que infunde una situación ridícula. Ferragut, pague y vámonos dijo ella, adivinando su estado. Mientras Ulises daba dinero á los camareros y los músicos, ella se limpió los ojos y reparó los estragos de su fisonomía sacando del bolso de oro la borla de polvos y un pequeño espejo, en cuyo óvalo se contempló largamente.
Había en sus grandes ojos azules algo que recordaba el cielo, algo a la vez triste y sereno, candoroso y profundo, que comunicaba a todo su ser cierto poderoso y triste encanto, semejante al que infunde en el alma la inocente sonrisa de un niño huérfano. Acogióla la madre con sus más suaves mimitos y díjole al oído, abrazándola, que le traía una noticia muy buena, muy alegre, muy grande...
Yo, por mi parte, me encuentro después de la misa altamente recompensada por el recogimiento que experimento entre aquellas casi tinieblas, por el mayor fervor en mis oraciones, por la calma y por las fuerzas que me infunde para todo el día el sentimiento de la presencia de Dios y del cumplimiento de mis deberes principales.
Y por mucho tiempo, en la lobreguez que invadió de nuevo el dormitorio, sonaron las maldiciones del príncipe, alternadas con rugidos de orgullo y angustias de llanto. Al día siguiente persistió su convicción. La gracia pueril de la mañana, que infunde optimismos, fué muda para él. ¿Cómo saber la historia de este suceso sospechado y temido, pero que nunca creyó llegara á realizarse?...
Observándola, consideré cuánto había ganado en encantos y atractivos aquella criatura, añadiendo a sus bellezas naturales, a su discreción e ingénito saber, la dulce cortesanía y las gracias que infunde el trato frecuente con personas distinguidas y superiores. En su cara advertí el extraño realce que da la conciencia del propio mérito, lo cual no es lo mismo que vanidad.
La guerra se mostró á los ojos de Desnoyers con toda su cruel fealdad. Había hablado de ella hasta entonces como hablamos de la muerte en plena salud, sabiendo que existe y que es horrible, pero viéndola tan lejos... ¡tan lejos! que no infunde una verdadera emoción. Las explosiones de los obuses acompañaban su brutalidad destructora con una burla feroz, desfigurando grotescamente el cuerpo humano.
En plata, lector: la costurera me infunde cierto respetillo, y no quiero echar sobre mi conciencia el compromiso de hacer su retrato. Por mi parte, estoy á cubierto de sus iras con decirle, en un lance apurado: Tu es auctor. Está apagando el sol el último de sus resplandores, y corre un gris de todos los demonios.
Pero lo singular de todo esto, lo que prueba que el estilo, las creencias y los sentimientos del narrador y la luz del cielo con que tal vez ilumina los casos más crueles y las mayores catástrofes pueden trocar el mal en bien y convertir el veneno en triaca, es que Angelito y Soledad, tan desventurados materialmente, se hacen dignos de envidia y de gloria, y el pobre de D. Antonio, que al principio de la novela casi nos infunde desprecio y es objeto de risa y de burla, acaba por ser amado y venerado de los lectores.
Palabra del Dia
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