United States or Nicaragua ? Vote for the TOP Country of the Week !


me juzgas indigno del amor: piensas que te has sacrificado; el sacrificio te duele, y quieres obtener su compensación: en otro amor lo buscarás, no lo dudes: alguno te lo ofrecerá... Al principio dirás que la culpa ha sido mía; más tarde reconocerás que yo no soy el culpable.

Cuando salía de mi clase estaba como embriagado con una deliciosa embriaguez. ¡Cómo me despreciaba en seguida, Dios mío...! Muchas veces estuve a punto de correr aquí para rogarle que me librara de esta tarea, de la que era indigno. Fuí cobarde y continué. Soy el mal sacerdote de la religión académica. ¡Eso es, señora...!

Temía hablar, señora marquesa; pero al fin me decido, y ¡allá va!... Este marco es indigno de su hermosura y su elegancia. Y el contratista abarcó con una mirada de desprecio la habitación y todos sus muebles. Si usted quiere, desde mañana puede instalarse en mi casa. Suya es. Yo me alojaré en la vivienda de uno de mis empleados. No mostró Elena gran asombro.

Señor cura, a no me venga usted con argucias de seminario; la filosofía moderna ha demostrado que el escolasticismo es un tejido de puerilidades, y yo a lo que vienen ustedes. Quieren comprar las arraigadas convicciones de mi amigo por un plato de lentejas; una taza de caldo por la confesión de un dogma; una peseta por una apostasía... ¡esto es indigno!

Pero aún quedaban los portales. ¡Ah, los portales! Los portales me parecían un recurso de mala ley, indigno de ser tomado en consideración por el momento. Para estar metido en un portal viendo caer la lluvia, más valía haberse quedado en casa.

Prostérnate ante la virtud decía Elías; , pecador indigno de ser perdonado. Ha dicho que tenías buen corazón. No, señoras: no lo tiene. Doña Paulita hizo esfuerzos heroicos para aparecer con cierta dignidad arquiepiscopal en el momento en que Lázaro le besaba la mano, arrodillado ante ella; pero su decoro de santa fué vencido por lo mucho que empezaba á tener de mujer.

Compadéceme, Fermín gritaba don Pablo. Ten lástima de la cruz que llevo a cuestas. El Señor ha derramado todos sus dones sobre su indigno servidor, que soy yo. Tengo riquezas, una madre que es una santa, esposa cristiana e hijos obedientes; pero en este valle de lágrimas, la felicidad no puede ser completa.

Dudo mucho que él te quiera como mereces, y si es como yo sospecho, le creeré un hombre indigno y le apartaré de ti cuanto pueda. Le saqué de la cárcel para probarte que procedo en estas cosas, como en todo, con buena fe y caballerosidad.

¿Y de qué os he de perdonar? contestó con dulzura el padre Aliaga. Vos, señor, sois un gran personaje. No lo creáis; yo soy un siervo de Dios, aunque indigno, y vuestro hermano. Sois confesor del rey. Lo que no me hace ni más ni menos sacerdote que otro. Sois inquisidor general... El rey me lo manda. Y yo soy un cocinero, no más que un cocinero, que aunque lo es del rey...

Hubo que llamar al médico, cosa que indignó mucho a Nerval, que no comprendía la ingerencia de la ciencia total, porque un día se paseó por el Palais Royal, llevando tras un cangrejo sujeto por un largo cordón azul. «¿Acaso decía un cangrejo es más ridículo que un pato, que una gacela, que un león o que cualquier otro animal de que pueda uno hacerse seguir?