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Entraba en casa, y encerrado en la biblioteca, donde el pensamiento de la humanidad reposaba olvidado y encuadernado en marroquí, cogía una pluma de pato y permanecía horas enteras escribiendo sobre papel de oficio del Estado estas frases hechas de otro tiempo: «Ilmo. y Excmo. Sr.: Tengo la honra de participar a V.E... Tengo el honor de poner en conocimiento de V.I.»

A ver, decir la verdad y no andarse con tapujos: decir que habían descendido al nivel de la tía Silda, más bajo, al nivel de Agapo, y acabemos; ¿por qué no habían avisado a tiempo para salvar siquiera la camisa? Eso tiene meterse en la Bolsa y hacer gracias; claro, las mujeres pagan después el pato: destierro a la estancia y punto final.

Posteriormente se ha dado el nombre de pato á todo ejercicio en que, dos ginetes asidos de las manos ó ligados por medio de un lazo atado á la cintura, procuran derribarse de sus respectivos caballos.

Había cogido una bota de Isabelita y tirádola dentro de la jofaina llena de agua para que nadase como un pato. «¡Ay, qué ricoclamaba Barbarita comiéndosele a besos.

Después de cocida, se prensa, y para servirla se parte a ruedas. CAPÓN. El capón puede hacerse por la receta de pollos asados, y mejor aún como los pollos asados al horno. PATO. Después de limpio y preparado, se rellena con un picadillo de carne, tocino, ajo, perejil, pimienta y piñones; se unta bien con manteca de cerdo y se mete al horno.

Prohibido bajo penas severas, á consecuencia de las desgracias á que daba orígen, el pueblo lo ha ido dejando poco á poco, pero sin olvidarlo del todo. En su orígen este juego homérico, que tiene mucha semejanza con algunos de los que Ercilla describe en la Araucana, se efectuaba retobando un pato dentro de una fuerte piel, á la cual se adaptaban varias manijas de cuero tambien.

De estas manijas se asían los ginetes para disputarse la presea del combate, que generalmente tenia por arena toda la Pampa, pues el que lograba arrebatar el pato procuraba ponerse en salvo, y la persecucion que con este motivo se hacia, era la parte mas interesante del juego.

Lo que me consuela es que el «Otro» está también muy alicaído, porque, amigo mío, cuando un Jehová tiene contra a un Lucifer, quítase este estorbo enviando contra el rebelde una legión de Arcángeles; mas cuando el enemigo es el hombre armado de una pluma de pato y un cuaderno de papel blanco, está perdido... En fin, son veinte millones de pesetas.

XVII. EL OSO, LA MONA Y EL CERDO Tomás de Iriarte XVIII. EL PATO Y LA SERPIENTE Tomás de Iriarte XIX. LOS DOS CONEJOS Tomás de Iriarte XX. LA ABEJA Y EL CUCLILLO Tomás de Iriarte XXI. LA ARDILLA Y EL CABALLO Tomás de Iriarte [Illustration: EL RICO EXTREME

Después de haber descripto el pato primitivo, creí que el cuadro no quedaría completo, sino presentaba al mismo tiempo una pintura del modo de jugarlo por medio del lazo, y tal es el objeto de la lucha que tiene lugar entre Obando y Zamora. ¡Compatriotas! se acerca el fausto dia De ventura, de paz y de alegría, etc.