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Actualizado: 27 de julio de 2025


Pues aquella misma noche, y poco después que se fueron, se hundió la casa de dicha Margarita, y el peso de las ruínas y más el de su culpa, la llevó a hundirse y ahogarse infelizmente en un algibe grande de aceite que por acá usan, aunque estaba bien cubierto y cerrado por arriba. Los acasos son para los hombres y ninguno lo es para la Providencia Divina.

Pescarían en el golfo terso y azul como un inmenso espejo, y a la caída de la tarde, mientras él volviese los remos, ella cantaría mirando el mar inflamado por el sol al hundirse en las aguas, el penacho del Vesubio de tonos morados, la inmensa ciudad blanca con sus infinitas vidrieras como placas de oro, reflejando el crepúsculo.

Está usted descubierto, señor mío. El tímido Rafael creía que el balcón iba a hundirse bajo sus pies. Temblaba de miedo, arrebujábase en el manto de pieles, sin saber lo que hacía y protestaba con enérgicas cabezadas, negando las afirmaciones de Leonora.

Le dijo que ella le sostenía y guiaba por la senda de orden y de conducta juiciosa que él había emprendido, y que, no bien ella le dejase, descarrilaría él de nuevo, y sólo Dios o el diablo sabía en qué infernales abismos podría él hundirse.

Los que ni por la acción ni por el pensamiento, revestido de una forma sensible, logran señalarse, pasan como sombras sin dejar rastro ni huella en el sendero de la vida y van a hundirse en olvidada sepultura, sin que nadie deplore su muerte y sin que nadie, al cabo de pocos años, y a veces al cabo de pocos días, se acuerde de que vivieron.

Y sin embargo, la pobre hilandera, al llegar cerca de allí, deteníase indecisa, temblorosa, como las heroínas de los cuentos ante la cueva del ogro, dispuesta á meterse á campo traviesa para dar vuelta por detrás del edificio, á hundirse en la acequia que bordeaba el camino y deslizarse agazapada por entre los ribazos; á cualquier cosa, menos á pasar frente á la rojiza boca que despedía el estrépito de la borrachera y la brutalidad.

Ya podían allá abajo morir los reyes y desquiciarse los imperios, hundirse las islas y abrirse los volcanes, D.ª Robustiana, arrobada en la contemplación de tantas y tantas docenas de sábanas bordadas y manteles adamascados, no saldría, bien seguro, de su éxtasis feliz. ¿Por ventura allá en Madrid la reina tendría en sus armarios tanta ropa? Quizá.

La unión da fuerza, y yo los reuno para ver si de esta suerte se sostienen y sobrenadan y llegan sin hundirse y sin ser arrebatados por la corriente del río del olvido al pequeño y seguro puerto del poco numeroso público, cuyas simpatías he logrado captarme.

añadió la anciana en voz baja ; ha pasado la noche en casa, y anoche, a esta hora, delante de todo el mundo, ese hombre, ese loco, nos ha contado cosas horribles. Catalina calló, y las comisuras de sus labios parecieron hundirse más.

Alcé la vista y vi como a cuatro o cinco varas de distancia, a mi derecha, el negro costado del navío, próximo a hundirse; por los portalones a que aún no había llegado el agua, salía una débil claridad, la de la lámpara encendida al anochecer, y que aún velaba, guardián incansable, sobre los restos del buque abandonado.

Palabra del Dia

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