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Actualizado: 11 de octubre de 2025


Pero como jamás había sentido la menor duda acerca de su fidelidad conyugal, mostrábase orgulloso de avanzar humildemente detrás de ella, emergiendo apenas sobre la estela de su marcha arrolladura.

Dócil y humildemente, debemos someternos a cuantas pruebas nos envía... Como cuenta de Job la Biblia, debemos resignarnos con nuestro destino. Sin la voluntad del Todopoderoso, ni un solo cabello puede desprenderse de nuestra cabeza.

Son grandes los remordimientos de su conciencia por haber sido causa, con sus invenciones, de que se mutilen y estropeen tantos pobres actores. Ochoa pide, por amor de Dios, que infundas algún ingenio á los criados de sus comedias; y Grajales, humildemente, que borres las imperfecciones de las suyas, ó, lo que es lo mismo, que no dejes ninguno de sus versos intactos.

Este simpático personaje, antes de salir en público, no ya escondido y á trozos, sino por completo y por solo, pasa, con la venia de Lucía, á besar humildemente los lindos pies de V. y á ponerse bajo su amparo. Remedando á un antiguo compañero mío, elige á V. por su madrina.

Saludó a Febrer con voz lenta y opaca, cortando varias veces sus palabras para sorber el aire. Hablaba humildemente, celebrando con grandes extremos el honor que le hacía Febrer al aceptar su invitación. ¿Y yo? preguntó el capitán con sonrisa maligna ; ¿yo no soy nadie?... ¿No te alegras de verme? Don Benito se alegraba de verle. Así lo dijo varias veces, pero sus ojos revelaban inquietud.

Dos curas se acercaron humildemente al Magistral.... Eran de la aldea; también ellos querían saber si los expedientes de mansos....

Pues parece que jura. Ya no hay vergüenza en España... Pero no veo al obispo de Orense. El obispo de Orense no jura murmuraron las tribunas en rumoroso coro. Y en efecto, el obispo de Orense no juró. Hiciéronlo humildemente los otros cuatro, con mala gana sin duda. La opinión pública en general estaba muy pronunciada contra ellos.

Pero como Diana, aunque algo mayor que ella, había sido su compañera de infancia, no le guardaba rencor por su falta de corazón, y atribuía sus saetazos a una necesidad de ironía natural en su carácter. Sin embargo, hoy Diana acababa de herir un punto sensible. ¿Por qué le había dicho todo aquello? María Teresa, humildemente, se interrogaba: ¿acaso no podía ser amada por ella misma?

Dejad, dejad que descanse un tanto, tío Manolillo contestó humildemente el cocinero ; acabo de sentarme y estoy rendido; nunca he trabajado tanto; es cierto que las confituras y los hojaldres y las empanadas se han traído de fuera, pero así y todo, he hecho más de doce platillos en tres horas, y buenos todos, y sin oficiales, ni aun siquiera galopines.

Antes de que Roger pudiera explicarse resonó de nuevo la voz del irritado huésped: ¿Pero qué sentina es ésta? gritó. ¿No os pregunté al llegar, posadero de los demonios, si estaba vuestra casa limpia de sabandijas, para que pudiera alojarse en ella mi noble esposa sin asco ni molestias? Y os contesté, poderoso señor, que está limpia como una patena, replicó el otro humildemente.

Palabra del Dia

neguéis

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