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Actualizado: 11 de octubre de 2025


Más de una vez, durante la noche, me he despertado, temblando, al pensar que quizá la había ahogado entre mis brazos. Y, finalmente, la he ahogado en realidad. Lo que me convenía era una mujer fuerte y... Espantado se detuvo y dirigió al rostro de Marta una mirada que pedía humildemente perdón; pero yo completé su frase con el pensamiento.

No conocía Agapo lo demás, porque nunca le habían dejado pasar de allí, pues podía manchar las alfombras con sus patas embarradas o ensuciar la seda de los muebles con sus ropas grasientas; se sentaba humildemente en la escalera, después de tocar el timbre. El criado salía, le miraba de pies a cabeza y desaparecía, cerrando la puerta.

Se dejó acariciar el marqués, sonriendo humildemente, con una expresión de gratitud que recordaba la de un perro fiel y bueno. Elena acabó por separarse de su marido; pero antes de salir de la biblioteca hizo un gesto como si recordase algo de poca importancia, y detuvo su paso para hablar. ¿Tienes dinero?... Cesó de sonreir Torrebianca y pareció preguntarle con sus ojos: «¿Qué cantidad deseas

Ha aprovechado algunas ideas sobre la agricultura y horticultura, y las ha puesto en práctica aquí con tal éxito, que da gusto ver su roza, como él la llama humildemente. No, no es una simple roza aquélla, sino una hermosa plantación de mucho porvenir. Está muy naciente aún; pero ya promete bastante.

El marino se apartó un poco, con el tirón de la sorpresa. «¿Era una broma?...» Pero no: no podía dudar. El tono de sus palabras delataba una firme resolución. Suplicó humildemente para que no se marchase, con voz entrecortada y fosca.

Se encerró en su despacho, sacó legajos y papeles y estuvo trabajando largo rato. Llamaron a su puerta humildemente y una doméstica preguntó si el señor bajaba a cenar. Respondió que le subiesen a la habitación contigua caldo y algunos fiambres y siguió trabajando. Al cabo se alzó del sillón y pasó al saloncito contiguo donde ya le habían preparado la mesa.

La bajó entre su brazos, ayudada en tan cariñoso obsequio por el Sultán su hijo, que para ello se derribó gallardamente del caballo Ebn-Nur, quien dobló al efecto tan gentil como humildemente sus rodillas.

Miraba á todos con orgullo, pero sonreía humildemente al dueño de Villa-Sirena para que olvidase su resistencia de momentos antes y las terribles amenazas con que la había acogido. Al poco rato volvió Alicia hacia ellos, guardando un papel en su bolso de mano. El entusiasmo del músico hizo explosión. ¡Oh, duquesa!... ¡Divina duquesa! La besaba en uno de sus brazos desnudos; luego en un hombro.

María se sonrió blandamente al ver entrar el soldado; éste, contento con tal distinción, bajó humildemente la cabeza con tanta cortesía como reverencia, y al alzarla se encontró con la vista de Muley, que lo miraba con ojos de desprecio y de una cólera mal reprimida; pero el soldado, con gran enojo de algunos y mayor maravilla de todos, no huyó su rostro de tan feroz mirada, antes bien la provocaba con su gesto maligno y burlador.

Sin buen arreglo, no hay riqueza que no venga a parar en la mendicidad. Con orden, los pobres se hacen ricos. Sin orden, los ricos... Paran en pobres, , señor, dijo humildemente Benina, que, aunque ya sabía todo aquello, quiso recibir la máxima como si fuera descubrimiento reciente de D. Carlos. Francisca ha sido siempre una mala cabeza.

Palabra del Dia

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