Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 28 de noviembre de 2025
MANRIQUE. No; ya no tiemblo, ya todo lo olvidé... mira, esta noche partiremos al fin de este castillo... no quiero estar aquí. LEONOR. Temes acaso... MANRIQUE. Tiemblo perderte; numerosa hueste del rey usurpador viene a sitiarnos, y este castillo es débil con extremo; nada temo por mí, mas por ti temo. LOS MISMOS y RUIZ MANRIQUE. ¿Qué me vienes a anunciar?
Magallanes, al ver que con impaciencia por la cifra de contrarios multiplica su fiereza, dirigiéndose a su hueste dice las razones éstas: "El santo nombre de Cristo, la noble gracia del César, y la gloria de la patria y la limpia fama nuestra los estáis viendo ultrajados por aquella vil caterva, y de su venganza os hacen la generosa encomienda.
Si es lícito comparar lo falso con lo verdadero y la mala copia o remedo con el original, este Secretario de Estado era, respecto al Dalai-Lama, lo que fue Pedro Bembo respecto a León X. Como quiera que sea, lo cierto es, que Morsamor y su hueste se hallaron en Lasa como por encanto.
La vieja criada llega adonde el ciego, y aparta, con su diestra de bruja al lazarillo, empujándole hacia el hogar donde se agrupa la hueste mendicante. El Ciego de Gondar y la vieja se enredan en una plática que comienza en alta voz y acaba en susurro de secreto. Bien de mi corazón, allega si quieres, y si non non, que por el mundo sobran mujeres. ANDREÍ
Numerosa hueste enemiga había sorprendido y muerto a los descuidados y dormidos atalayas, había invadido la selva y había cercado por todas partes el edificio. A la luz del alba naciente, miró Morsamor por las ventanas en varias direcciones, y por donde quiera vio guerreros indios capitaneados sin duda por Balarán, el Brahmatma. No había medio de huir.
La hueste de mendigos descansa al sol ante el portal de la casona y se tiende por la orilla del camino aldeano. Sobre la veleta del hórreo, el gallo clarinea, en el sol, dorado y soberbio. ¡De toda la vida lo recuerdo! Al son de las doce repartíase el pan y las berzas a los pobres que acudíamos a este portal. Era una caridad de fundación. Venía desde los difuntos señores que levantaron la casona.
Dijeron, sí, que era más apto para lucir en los salones de la corte el fausto de su arrogancia, que para dirigir en campaña una hueste.
Si nos figuramos a todo el humano linaje como inmensa hueste que marcha a la conquista de una tierra de promisión, los pueblos selváticos y rudos que hacia el Occidente se habían descubierto, eran como parte de la hueste que se había extraviado en el camino y que no sólo había desistido de la empresa sino que la habían olvidado.
Repuestos prontamente, se lanzaron sobre él más de treinta mozos del Condado á cuyo frente se hallaba el impávido Lin de la Ferrera, que ocupaba la retaguardia de la hueste y le obligaron á replegarse con sus diez ó doce compañeros hacia el Barrero, sitio más elevado del lugar.
La hueste de mendigos se conmueve con un largo murmullo semejante al murmullo del rezo con que pide limosna por las puertas. Cuando el rumor se aquieta, alza su voz un mendigo gigantesco que tiene los ojos llagados por la lepra, y en aquella voz gangosa y oscura se arrastra como una larva la tristeza milenaria de su alma de siervo.
Palabra del Dia
Otros Mirando