Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 24 de julio de 2025


Desde la sobriedad del pobre a la disipación inmoral de los ricos, todo lo conozco, todo es canalla, canalla arriba, canalla abajo. ¿Se hace el bien?, pues nadie lo agradece. ¿Se hace el mal?, pues nadie lo censura. Mal y bien todo es igual. Si amas te desprecian; si eres rico te adulan; si eres pobre te escupen. O si no, observa lo que ha hecho tu hermana conmigo.

Dispénseme, pero tanto bollo... vamos... es cosa que a cualquiera se le atraganta. Después que rió cuanto quiso, me dijo: No creí que era usted gallego. ¿Pues? No se le conoce a usted nada. ¿Y en qué distingue usted a los gallegos, hermana? Pues en lo que les distingue todo el mundo... Está bien a la vista replicó con algún embarazo.

Bien puedes, Ocasion, estar segura, Que yo hare por mi parte marabillas, Si tu favor y ayuda no me falta. Pero ves aqui viene el indomable, Apercibete, hermana, y derribemos La vana presuncion deste cristiano. Sale AURELIO. Qué no ha de ser posible, pobre Aurelio, El defenderte desta mora infame, Que por tantos caminos te persigue?

Prusia quedó aliada de Francia, perdiendo Austria el apoyo de su hermana. Austria abandonó a Francia el Estado de Venecia y cedió el Tirol a Baviera, reconociendo al mismo tiempo la soberanía de los electores de Baviera, Wurtemberg y Baden, después de pagar a Francia cuarenta millones de indemnización de guerra.

Ya sabeis la influencia que tiene; ha sacado á vuestro abuelo de la cárcel... Basta un informe suyo para desterrar á un recien nacido ó salvar de la muerte á un ahorcado. Julî no decía nada, pero hermana Balî encontraba el consejo como si lo hubiese leido en una novena: estaba dispuesta á acompañarla al convento.

El afecto profundo y extraño, como de madre o como de hermana, que Juanita había sentido por Antoñuelo toda su vida, renació entonces con vehemencia en su corazón, olvidándose de los groseros agravios con que la había ofendido aquel mozo.

Es lástima, mamá, que no vivas en la ciudad insinuó como al descuido Raúl: allí encontrarías fácilmente una institutriz que, sin vivir en casa, iría a dar a mi hermana unas cuantas lecciones ya muy suficientes. Ese sería el ideal. Desgraciadamente, en un agujero como éste es imposible. Se engaña usted, señor conde. ¿Cómo es eso? Tiene usted a mano el ideal soñado, señora condesa.

Cecilia, que venía a pedir a su madre las llaves de los armarios, salió de la estancia dirigiéndole una tranquila sonrisa de despedida. Comenzaron los preparativos de matrimonio. Doña Paula tuvo la delicadeza, rara en una mujer nacida en el pueblo, de no consentir que pieza alguna de ropa destinada a Cecilia sirviese para su hermana. Hízose, pues, un nuevo equipo apresuradamente.

Con los artejos dió un ligero repique en la pared. Respondióle otro repique cauto. Se echó a reír, volviéndose a mirarme. ¿No se ha enterado usted lo que nos hemos dicho? Yo respondí que no, opacamente, porque el sueño me rendía. Pues yo dije: «Duerme en paz, hermana; has resucitado con el SeñorElla respondió: «Dios te lo pague; guárdame siempre.» «¡Qué penetración!

Y al fijar la mirada, obscurecida por las lágrimas en la luminosa corona, le parecía que por un nuevo prodigio su hermana muerta expresara los sentimientos que lo invadían; así como al través del espacio y del tiempo el pensamiento de la ausente llegaba hasta él, al través de la vida el alma de la difunta hablaba, repetía el consejo que sus oídos habían escuchado otra vez. «Ama y vive; creé y vive; espera y vive

Palabra del Dia

malignas

Otros Mirando