United States or Samoa ? Vote for the TOP Country of the Week !


Seguramente mi colaboración te es útil todavía; pero yo puedo enfermar y verme en la imposibilidad de dirigir nuestros asuntos; ahora bien, sabiendo que estás allí, no temo los acontecimientos; es mi recompensa de haberte hecho el hombre de valer que eres. tienes todas las condiciones que se necesitan para continuar mi obra. Mi querido protector, sin usted yo no sería nada.

Le ayudaré; seré su abnegada compañera, su esclava, y le amaré tanto que acabará por ser dichoso...» Todas las noches me dormía pensando en ti y rezaba también por ti... ¡Porque sabrás que tengo sentimientos religiosos...! LEONIE. ¡...! No lo tomes a broma. Estoy segura de haberte preservado de algunos peligros. CIRILO. ¡Qué extraño...!

Yo podré haberte ofrecido y presentado todas las ocasiones, todos los objetos, todos los premios a que podía aspirar tu codicia, en que podía hartarse tu sed de deleites y donde tu ambición y tu orgullo podían quedar satisfechos; mas para lo que yo no tuve fuerzas, ni aun teniéndolas las hubiera empleado, fue para violentar tu libre albedrío.

Impetra del santo cielo que te un corazón contrito y reconocido, y da gracias al Señor por haberte enviado una amiga como Catalina de Corlear. Con todo, después de esta imponente y dramática salida, rápida como un relámpago, asió la cabeza de Carolina, la besó entre las cejas y se retiró. El día siguiente fue muy triste para Juan Príncipe.

Creo haberte dicho que me ha escrito algunas veces y me ha autorizado a responderle a la lista del correo. Esos misterios no son muy de mi gusto, aunque no haya nada más inocente, puesto que la señora de Grevillois conoce nuestros compromisos y los aprueba.

¡Válgate Dios por sueño, Florela! exclamó doña Guiomar toda encendida y confusa, por las imaginaciones en que a causa de su sueño podía dar su criada; ¿y para qué había yo de haberte mandado que detrás de las cortinas te sentaras, sino para que fueras testimonio a ti misma de lo honesto de mi conversación con ese hidalgo?

Te lo juro; créeme; te lo juro por la salvación de mi alma; no le rechacé porque entraste, y más duramente lo hubiera rechazado yo si no entras. Vengo a decírtelo para que me perdones, porque te amo. Quiero que lo sepas: estoy arrepentida de haberte despedido y me muero por ti y no puedo vivir sin ti.

Pues bien, en mi locura seré capaz de todo. Vos no me habéis de matar, y si me matáis, ya tendré medios para haceros entender que os conviene el que yo sea vuestra amiga. Indudablemente... indudablemente deben de haberte dado algún bebedizo. ¿Qué más bebedizo que el amor? Pero... prescindiendo de todo: ese amor debe humillarte. Lo que me humilla es que don Francisco no me ame.

¡Oh no; no es eso!... Lloro, Miguel, sobre nuestro amor... lloro sobre la última ilusión perdida... Siento haberte conocido... Siento haber dejado despertar mi corazón ya dormido, y forjarme, por algunos instantes, ciertas quimeras deliciosas que se desvanecieron como el humo... ¡Por qué he de ocultártelo!

Pero vamos a ver, nena: ¿No me guardas rencor por haberte abandonado, dejándote en la miseria, con tus vísperas de chiquillo y en poder de Juárez el Negro? Ningún rencor te guardo: Entonces estaba rabiosa. La rabia y la miseria me llevaron con Juárez el Negro. ¿Creerás lo que te voy a decir? Pues me fui con él por lo mucho que le aborrecía.