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En cuanto desaparece el naranjero con esta embajada, ya no piensa en otra cosa que en acercarse á la dama á la salida del teatro, y maldice á la comedia, y le parece eterna porque le obliga á esperar tanto tiempo. Expresa en voz alta su desagrado, y gruñe sin reparo por esta causa, excitando así á los mosqueteros que están debajo á imitarlo en seguida, y á prorrumpir en voces ofensivas.

Hasta me alegraré de tener un nuevo marido; el que tengo ahora gruñe porque no varío el menú, mientras que el nuevo se chupará los dedos. CLEOPATRA. Decís cosas cínicas, Proserpina. La historia, con ese motivo, nos condenará. PROSERPINA. ¿Qué sabe la historia de nuestros negocios? Además, yo me encuentro aquí divinamente. CLEOPATRA. ¡Sois incorregible, Proserpina! Tened cuidado, pueden oírnos.

Sucedió que un día entraron dos puercos del mejor garbo que vi en mi vida. Yo estaba jugando con los otros criados, y oílos gruñir, y dije al uno: -Vaya y vea quién gruñe en nuestra casa. Fue, y dijo que dos marranos. Yo que lo , me enojé tanto que salí allá diciendo que era mucha bellaquería y atrevimiento venir a gruñir a casa ajena.

Cuando para hacer rabiar a Pancha le hablo de esto, gruñe no qué perrerías, y dice: «¿Casarse la niña? ¡Dios nos ampare! ¡Si no hay gandul que se la merezca!...» ¿ qué dices de eso? Pues yo digo, replicó Angelina con viveza, ¡que lo que señora Francisca quiere, es que su Linilla se quede para vestir santos! Reía el señor cura y reíamos todos.

El erizo de agua es muy semejante al armado, y al erizo. Está armado de espinillas, pero no tan fuertes, ni tan numerosas como las de estos últimos: su piel casi de color gris, y parece llena de arrugas: gruñe como el armado cuando le cogen, y su carne es muy sabrosa: rara vez pesa dos libras, siendo aun menores los que se cogen en los pequeños rios ó arroyos, donde no pasan de media libra.

Un cerdo, de rato en rato, pasa gruñendo; calla, se detiene y hociquea en las aguas sucias un momento; gruñe de nuevo y avanza otra vez con un corto trotecillo nervioso... Desemboco en una anchurosa plaza formada por viviendas terreras y tapias de corrales, cerrada por la enorme masa rojiza de un convento. Me siento en una piedra y contemplo un instante el vetusto monasterio.

Vergüenza es lo que á te falta gruñe, al oirlo, la vieja. Y sábete que tengo sal, pero que no te la quiero dar. Ya me lo figuro, porque siempre fué usté lo mismo. Por eso te he quitao el hambre más de cuatro veces, ¡ingratona, desalmada!

El desgraciado se ha levantado de su banco, con el rostro rígido por una angustia indecible; de su pecho sale silbando una especie de estertor; da un salto desesperado y trepa a la mesa, y haciendo otro esfuerzo trata de huir por sobre las cabezas de sus vecinos. Es inútil; la mano de Martín lo sujeta. Quédate gruñe a su oído una voz sorda.

El patí no es de menor tamaño que los dos mencionados, aunque lo es su cabeza y tragadero. El color de este pez es como el del mongrullo, su carne es algo amarilla, y se estima tanto como el zurubí. El armado es grueso y fuerte, pero no grande: su espalda y costados estan llenos de puntas fuertes y agudas: cuando le cogen, gruñe y hace lo que puede por llegar.

Toribio Granda idolatra á Miguel Ramos como la madre quiere á su hijo, y le admira sinceramente y le gruñe sin cesar, y sufre más que él, que es cuanto se puede decir, la noche en que estrenan alguna obra, obra que la noche del estreno es tan de Toribio como de Miguel; que tiene tanta influencia sobre Ramos, que, á veces, hasta le hace trabajar.