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Contentóse al fin con mandar al Polión a la perrera, y saludar al magnate con un poco de frialdad. La antipatía, sofocada un instante, volvió a despertar con más fuerza. La amistad, las atenciones del Duque con su esposa, comenzaron, no ya a chocarle como antes, sino a herirle. No se le pasaba por la imaginación que tuviesen más carácter que el de finezas o galanterías usadas en la alta sociedad.

La Parte trigésima de comedias famosas de varios autores, Zaragoza, 1636, contiene las siguientes: Lo que son juicios del cielo, La doncella de labor, ambas de Montalbán; La dama duende, La vida es sueño, de Calderón; Ofender con las finezas, de Jerónimo de Villayzán; La mentirosa verdad, de Juan de Villegas; El marido hace mujer, de Antonio de Mendoza; Casarse por vengarse, de F. de Rojas; El privilegio de las mujeres, de Montalbán; Pérsiles y Segismunda, de Rojas; El guante de Doña Blanca, de Lope; El catalán Serrallonga, de Coello, Rojas y Luis Vélez de Guevara.

En suma, parecía un hombre feliz en paz con el mundo y consigo mismo. Soledad también lo era, al parecer. Atenta á la dirección del establecimiento, grave, activa, tranquila como una diosa, recibía las finezas de su amante con suave sonrisa de complacencia, mirándole de vez en cuando con el rabillo del ojo. Escuchaba mucho, hablaba poco y observaba sin cesar.

En uno, el traje y el peinado a la moda de 1850, pero, sobre todo, la pintura, lamida como rebuscando finezas, delataban la mano de uno de aquellos artistas que conservaron reminiscencias del estilo elegante de don Vicente López, sin haber adquirido el vigor de los buenos pintores contemporáneos nuestros.

Y ahora, asómbrese usted: he resuelto despachar su pretensión... favorablemente. »Es imposible pintar aquí las cosas que hizo y las finezas que me enderezó mi pretendiente, al oírme hablar en aquellos términos. Le faltó muy poco para darme las gracias de rodillas. » Todavía no le dije conteniéndole . Hay que deslindar antes los campos, y poner cada cosa en su sitio y a la necesaria claridad.

Y así por desagravio, como por la superior admiración que su impasibilidad le causaba, como por el convencimiento más firme cada vez de que no habría de enamorarle, hiciera lo que hiciera, se dejó llevar de su afición a prodigarle finezas y a darle las pruebas más lisonjeras de amistad profundísima.

El Cantar de los Cantares es un idilio, una égloga, un poema de amor, donde el amado y la amada se requiebran de lo lindo, se dicen mil ternuras, se hacen mil finezas, se ensalzan y describen menudamente y con morosa delectación los primores y gracias corporales de él y de ella, y se pintan los goces que han de lograr o ya logran ambos, besándose, abrazándose y queriéndose mucho.

Un sueño, una visión, cuyas circunstancias no quiero apuntarte, te han participado tal suceso, y las aventuras por donde has de pasar, y las finezas que me has de deber, y las delicias que juntos hemos de disfrutar, son casos tan verdaderos para tu fantasía, que todo lo crees con la mayor certeza; y es preciso confesar que no puede haber credulidad mayor como dar fe a las sombras del sueño. ¡Oh, Nadir, cuán crédulo eres!

Hállanse en la Biblioteca del duque de Osuna las comedias de Cristóbal de Monroy, tituladas Celos, industrias y amor, Lo que pasa en un mesón y No hay amor donde hay celos, con licencias de 1640, 1643 y 1644. No hay más saber que salvarse lleva la fecha de 1648. /* Bien se ve que venís Al uso de Andalucía, Donde viven todavía Las finezas de Amadís. */

En cuanto el cura se echaba a la calle, salía doña Lupe de su escondite para ofrecer a Maximiliano un poco de aquella sabrosa fruta, y entraba en su cuarto con el platito y la cucharilla. Agradecía mucho estas finezas el chico, y se comía la golosina.