United States or Ukraine ? Vote for the TOP Country of the Week !


Una tarde en que el idilio alcanzó proporciones alarmantes, y en que su boca sedienta de besos, pedía y pedía sin cesar pruebas del amor que reflejaban los ojos de la hija del cliente respetable, ésta le prometió la gloria: a las doce de la noche le esperaría en la sala de su casa en la calle de las Artes , cuyo zaguán sería dejado entreabierto para darle paso.

D. Fadrique. Beso los pies de Vds., señoritas. El Comendador le allanó el camino para que se viniese con él y con las niñas y los acompañase un rato en el paseo. Habló á D. Carlos de sus estudios, le ponderó lo mucho que le agradaba la poesía, le encomió el idilio y se le hizo repetir.

Doña Lucía continuó: ¡Vaya si es precioso el idilio!

¡Poema seguro por lo pronto! ¡Edgardo y Lucía en escena! ¡Qué dúo, qué idilio, qué eternos esponsales de dos vidas! Luego viene el drama....., y termina en tragedia ó en comedia: esto es, en el Cementerio para alguien, ó en la Vicaría para los dos enamorados. Supongamos esto último: se casan. ¡Adiós, mundo! ¡Adiós, calle! ¡Adiós, balcón! ¡Adiós, todo! Amparo ha desaparecido.

Expónme ahora tus deseos, claros y concretos. «¡Castelar tenía razón!... ¡Indudable era que las sotanas partían con las faldas el imperio del mundo!...» Y mientras esto pensaba Jacobo, con cierto rabioso despecho, que le hacía aún más antipático al padre Cifuentes, púsose a trazar un plan encantador, un verdadero idilio aristocrático, mitad campestre, mitad feudal, que fue exponiendo poco a poco y por partes.

En efecto, La villana de Vallecas, con todos sus defectos de plan y de economía dramática, es siempre una comedia encantadora en alto grado, llena de todas las gracias del idilio, y notabilísima por la causticidad de sus sátiras; y, por el contrario, La ocasión hace al ladrón, á pesar de sus correcciones, no pasa de ser una comedia mediana y vulgar.

Se miraron fijamente, insistentemente, aislados del mundo en aquella recta paralela de alma a alma que los mantenía inmóviles. Durante el tercero, mi vecino no volvió un instante la cabeza. Pero antes de concluir aquél salió por el pasillo opuesto. Miré al palco, y ella también se había retirado. Final de idilio me dije melancólicamente. El no volvió más y el palco quedó vacío.

Fué asimismo, con la súbita dicha de haberme soñado un instante su marido, el más rápido desencanto de un idilio. Sus ojos volvieron otra vez, pero en ese instante sentí que mi vecino de la izquierda miraba hacia allá, y después de un momento de inmovilidad de ambas partes, se saludaron. Así, pues, yo no tenía el más remoto derecho a considerarme un hombre feliz, y observé a mi compañero.

Vamos pensó, la novela ha concluido y comienza el idilio. Aproximábase el fin de la señora de Raynal, y esta vez nada podía ya retardarle. Después de unas cuantas semanas de respiro y de esperanza, último resplandor de la lámpara próxima a extinguirse, la enfermedad, contenida un instante, llegaba ahora a marchas dobles. Consultas, remedios, cuidados y oraciones, todo fue inútil.

A lo lejos, el blando murmullo de las olas, que parecían un lago de plata, decía cosas embriagadoras y poéticas; cantaba un idilio intraducible al humano lenguaje. La conversación del grupo era, no obstante, por todo extremo, vulgar. Está desanimado el paseo. ¿Verdad, Sobrado?