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Actualizado: 22 de junio de 2025
Después un coro de voces lúgubres entonaron la primera estrofa del De profundis. Ya estaba allí la parroquia, ¡Abajo el muerto! Y en el salón sonaron los golpes del martillo sobre las tachuelas del féretro, que el eco repetía con extraña sonoridad. En la plazuela, los balcones estaban repletos de gente, como si esperase el paso de una procesión.
La lámpara, casi agonizante, parecía negar su luz a aquella escena: Tirso, no esperando tan pronto el ataque, tuvo un instante de flaqueza y, levantándose del asiento, quiso refugiarse en su cuarto: Pepe, extendiendo hacia él la mano, le hizo señal de que esperase.
A estas razones respondió con éstas disparatadas Sancho, que, hablando con Merlín, le preguntó: -Dígame vuesa merced, señor Merlín: cuando llegó aquí el diablo correo y dio a mi amo un recado del señor Montesinos, mandándole de su parte que le esperase aquí, porque venía a dar orden de que la señora doña Dulcinea del Toboso se desencantase, y hasta agora no hemos visto a Montesinos, ni a sus semejas.
Herminia se aproximó instintivamente á su marido, como si esperase necesitar su protección. Desde esta mañana os veo regocijaros; os oigo cantar victoria ... y os dejo hacer. Hay que gozar de los buenos instantes, cuando se presentan; siempre es esto una ventaja sobre los fastidios de la existencia.
Miró en torno, como si esperase que se abrieran las tumbas, irguiéndose airados los cadáveres por tal profanación. Maltrana sonreía. ¡Tonta! ¿a qué tal miedo? Aquel sitio era lo mismo que otro; mejor aún, por su poesía silenciosa de jardín abandonado, propicio al amor. Ellos no hacían mas que repetir el eterno himno de la vida.
Á las tres, mirando por la ventana hacia el camino, como si esperase ver á su mujer aparecer súbitamente y correr á él con los brazos abiertos, lanzó un grito: ¡Ahí está Federico! Seguramente tiene noticias, puesto que vuelve. Mauricio había bajado ya la escalera. Cogió al criado por el brazo, preguntándole, aturdiéndole y, sobre todo, impidiéndole hablar.
Y ordenó á su criado que por el lago se fuese á Los Baños se llevase la maleta grande y le esperase allí, porque él por tierra iba á seguir su viaje llevándose la que contenía sus famosas piedras. La llegada de cuatro Guardias Civiles acabó de ponerle de buen humor. Venían á prender á Cabesang Tales y no encontrándole se llevaban á Tandang Selo.
Durante dos años fuiste toda mi vida. Mis costumbres, mis gustos, mis caprichos, todo lo subordiné á tu fantasía y jamás un rey fué más complacientemente adulado por una favorita que todo lo esperase de él, que tú lo fuiste por esta mujer que nada quería ni esperaba. Yo no era venal y nunca te pedí dinero.
Aquella mujer que no comprendió que mi mujer no la comprendia, se me quedó mirando, como si esperase que yo la explicara el asunto. Mi señora ha contestado á usted, la dije, que no entiende el francés. La mujer se quedó parada, y echaba unos grandes ojazos á mi compañera, al mismo tiempo que exclamaba con mucho asombro: ¡Madame ne comprend pas le français! ¡La señora no entiende el francés!
Y empezó a imaginar cómo vigilaría al cobrador, le cogería en flagrante delito y, cuando menos lo esperase, le denunciaría a la Administración. Luego se dedicaría a vigilar a los demás cobradores, y los denunciaría a su vez. La muchacha seguía allí siempre. No había que perderla de vista.
Palabra del Dia
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