Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 10 de junio de 2025
Cristeta fue la primera que, al volver del teatro, como viese el hilillo de luz que penetraba por el agujerito de la cerradura, despidió a la doncella lo más presto que pudo, y apenas la oyó subirse al piso en que dormía, tosió para que don Juan supiese que era esperado, y descorrió el cerrojillo.
Y aquí comenzó el buen hombre a referir cosas que dejaban espantado al pobre mozo, no sólo por lo que de espantable llevaban las cosas en sí mismas, sino también por oírlo de unos labios de los cuales había esperado él, no heridas nuevas, sino bálsamo para curar las que le habían hecho las palabras de su madre.
Sí, era el día de la Virgen, el día más esperado del año, el que salía á relucir en todas las conversaciones de los zagales en Entralgo. Para el tío Goro, que frisaba en los cincuenta, no tenía el mismo atractivo. Sin embargo, á pesar de su gravedad y de su ilustración, guardaba aún cierto misterioso encanto que con todo cuidado procuraba disimular.
Aunque el hombre se habitúa antes a la dicha que al dolor, sus corazones permanecieron varios días en suspenso. Temían ser víctimas de una ilusión; no se atrevían a felicitarse de un milagro tan poco esperado, y se preguntaban si esa apariencia de curación no era el supremo esfuerzo de un ser que se aferra a la vida, el postrer relámpago de una lámpara que se apaga.
Y bien, amigo mío le dijo, ¿cuándo celebráis vuestras bodas? Pero, señor marqués, si es la primera noticia que tengo sobre ese particular. ¿Esperáis, por ventura, que os pidan vuestra mano? ¡Al hombre toca hablar, qué demontre! El joven duque de Lignant, un verdadero caballero y un excelente muchacho, no ha esperado a que yo le ofreciese mi hija: ha venido, ha agradado, y se acabó.
Doña Beatriz se mostró expansiva y acabó por estar justamente jactanciosa. Declaró con orgullo que tenía por gloria suya el haber amado al aventurero genovés, el haber descubierto y reconocido todo el valer de su espíritu y el haber creído y esperado en la alta misión que le habían confiado los cielos, cuando todavía eran muy pocos los hombres que no le desdeñaban.
Fué tanto, no obstante, el empeño que Gonzalo puso en ello, sin duda para distraerla un poco de la melancolía en que había caído, que, al fin, cedió. Con ir a Sarrió a probarse los trajes y dar instrucciones a la modista, se distrajeron algunas tardes. Llegó el esperado domingo. Gonzalo, que estuviera ocupado toda la mañana, almorzó en Sarrió.
Sorprendido y ansioso esperarás con impaciencia las bellas, las dulces, las alegres aventuras como yo las he esperado, como las espera todo el mundo. Pronto sabrás a tu costa que en este planeta alumbrado por el sol no hay más que dolor, trabajo, pesares y miseria.
Oyola el cura, y, al mirarla, su vista se detuvo en la prenda que la muchacha tenía entre las manos: una bata de riquísimo raso de un rojo muy brillante, el mismo rojo que Lázaro había visto en el brazo que la noche pasada cerró la puerta donde Aldea era esperado. Su sorpresa fue inmensa. Su pensamiento se resistió a creer lo que los ojos le decían.
El Maestrico había marchado el día anterior á Bilbao para comprar algunos regalos á la novia y, al regreso, el amante y su padre le habían esperado en el camino. Aresti oyó unos gemidos á su espalda. Entre el gentío, un minero viejo se llevaba las manos á los ojos. Antón... pobre Maestrico. ¡Matar á un hombre así! ¡Tan bueno!... ¡tan trabajador!
Palabra del Dia
Otros Mirando