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Actualizado: 2 de junio de 2025


Lo peor de todo decía Cordero, constante en su entrañable afecto , sería que Dios te llevase a ti antes o después de que tu marido viniese, porque entonces.... Y... yo pregunto: «¿dónde se encontrará otra Sola

Todo, pues, contribuía a que tuviese el aspecto fashionable, atildado y digno de un antiguo diplomático jubilado. A su rara discreción y al entrañable afecto que había inspirado debió Rafaela los mencionados triunfos; pero los debió también a sus lisonjas, llenas de sinceridad y fundadas en fe altruista. Esto requiere explicación, y voy a darla.

Su deseo procedía de una piedad entrañable, del temor mismo, que a veces nos estimula robando su aguijón a la curiosidad. «Lo abriré esta noche» , pensó dando un gran suspiro, y después de comer se trasladó a un hermoso gabinete, la mejor y más rica pieza de la casa.

Y si la decía, como era cierto, que él, desesperado, conocía que las obligaciones en que se había puesto con Margarita no habían sido parte para vencer en su alma aquel entrañable y violento amor que ya era dueño de su alma cuando a Margarita conoció, y que sólo la locura de sus turbulentos deseos había podido ponerle en obligaciones de honra paca con ella, ocasión daría a doña Guiomar para que le despreciase y se sintiese avergonzada por aquel su amor, tan mal empleado en un indigno sujeto.

Así que, con frecuencia, eran víctimas de las bromas de sus amigos y tertulianos, sin que por eso dejase ninguno de profesarles entrañable afecto. Desde tiempo inmemorial tenían costumbre de recibir en su casa por la noche a la juventud de Lancia, particularmente a los muchachos que se placían en asistir por la grandísima libertad que allí disfrutaban. Por acuerdo tácito todos ellos las tuteaban.

He procurado olvidarme de que el autor era montañés, y entrañable y fidelísimo amigo mío desde que tengo uso de razón, y amigo de los de mi casa antes que yo naciera; y haciendo un esfuerzo, que me ha costado mucho, y que no pienso volver a repetir, he detenido mi impaciencia, que me llevaba a leer con el pensamiento antes que con los ojos las páginas de un libro, que más que libro parece fragmento de la realidad viva; y he tenido el valor de estarle aplicando por días y días eso que llaman el escalpelo de la crítica.

Con tal motivo nuestro caballero empezó a sentirse inquieto por la suerte de su hermana. Si no fuera por el amor entrañable, frenético, que ésta profesaba a su prometido quizá hubiera pensado en desbaratar su unión. Elena se apresuró a cortar la conversación. ¡Ea, basta de filosofías! exclamó con acento mimoso . Yo soy la obsequiada en este día y nadie se ocupa de para nada.

Los que oían a don Álvaro se figuraban presenciar aquellas escenas de amistad íntima, tranquilas, dulces, llenas de expansión y confianza; en el rostro del seductor, en sus ademanes, en las sonrisas, en la voz, se reflejaban, por virtud del recuerdo, la bondad suave, el aire bonachón y entrañable, la franqueza sencilla, noble, familiar, la habilidad casera, todas las artes y cualidades que hacían vencer a Mesía en lides tales.

Sería, por último, harto cruel que yo me estrellase contra el bueno de don Braulio, que era tan honrado, tan noble, tan excelente, y cuya única falta, si falta había, se originaba del amor entrañable y de la indulgencia bien meditada con que miraba a su mujer. Lo mejor, por lo tanto, es que nos abstengamos de declamar y de moralizar, aguardando a ver qué sale en claro de todo esto.

Sus ojos brillaban con un fuego especial de malicia y triunfo. A veces, sus labios se contraían con leve sonrisa inmotivada. Le hablé del duque y le expresé mi sospecha de que no estuviese verdaderamente enamorado de Isabel. Al mismo tiempo añadí , ¿sabe usted lo que se me figura?... Que la condesita tampoco le profesa un amor muy entrañable...

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