Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 23 de junio de 2025


El señor Tookey, el chantre suplente, que compartía la impopularidad común a los suplentes, se enrojeció mucho, pero repitió con moderación discreta: Señor Winthrop, si queréis decirme que lo hago mal, no soy hombre capaz de decir que no cambiaré. Pero hay personas que creen tener orejas infalibles, y que esperan que el coro entero tome a sus personas por modelo.

D. César comenzó por sonreir con extraña benevolencia. Sus ojos pequeños se hicieron más pequeños aún y brillaron dulcemente; su nariz aquilina enrojeció súbito; sus labios finos se plegaron con ironía clásica. Y al cabo, extendiendo la mano, echando atrás la cabeza y cerrando sus ojillos, profirió con pausa académica: Ignoro, señores míos todos y muy queridos amigos algunos, si esos que llamáis progresos industriales van tan estrechamente unidos á la causa de la civilización como os complacéis en suponer. El genio del hombre, excitado por la necesidad é irritado por los obstáculos, se arroja á la conquista de la tierra y descubriendo sus secretos los utiliza para su alivio. Mas con frecuencia ¡oh amigos y señores míos! va más allá de lo que le dicta la santa naturaleza.

Y dejando caer su cuchara en la sartén de arroz, lloriqueó largamente, bebiéndose las lágrimas. Después enrojeció con repentina rabia, mirando el pedazo de vega que se veía á través de la puerta, con sus blancas barracas y su oleaje verde, y extendiendo los brazos gritó: «¡Pillos! ¡pillosLa gente menuda, asustada por el ceño del padre y los gritos de la madre, no se atrevía á comer.

Además de la copiosa hemorragia que enrojeció los mármoles del baño, los dos médicos, después de docta disputa acerca del sitio en que debiera practicarse la sangría, resolvieron abrir cada cual la suya, y, en el espacio de pocas horas, fue sangrado del brazo y del tobillo. Su desfallecimiento era como lento bogar hacia el morir.

Pero si quieres empezar, puedes hacerlo... Isabel no contestó. Siguió riendo de un modo insolente. Al cabo dijo con calma provocativa: La verdad es, querido, que se te caen los calzones de hombre de bien. El rostro del guapo se enrojeció, alzóse airado de la silla y se abalanzó á la insolente, diciendo: Oye , niña guasona, ¿quieres probar cómo saben las bofetadas de este hombre de bien?

Aquí Mariana bajó la voz para responder, y pareció como que explicaba algún trascendental misterio a su amiga, quien enrojeció ligeramente. Ahora me explico manifestó ésta con aire pensativo por qué el señor de Laubécourt tiene un aspecto de tanta tristeza. ¡Si no fuera más que tristeza!... pero es que casi todas las noches, en su cuarto, pasa con su mujer escenas terribles.

Adriana sonrió vagamente, para que no sospecharan el tumulto de su alma. ¿Era posible que sólo al oír pronunciar su nombre se conmoviera así? Carmen interrumpió a Zoraida. ¿Que sólo se interesa Julio por las cosas ideales? no puedes saberlo; ya tendrá él sus cosas materiales también, y en el amor, sobre todo. Porque todos los hombres... Enrojeció vivamente y miró a Zoraida confusa y sonriendo.

Y usted no habrá querido exponerse a eso. El señor Le Bris enrojeció a su pesar, porque la duquesa decía la verdad; pero salió de aquel mal paso haciendo el elogio de don Diego. Le pintó como un noble corazón, un caballero de antaño perdido en nuestro siglo. Puede usted creer, señora duquesa, que si nuestra querida enferma llegase a salvarse, lo debería a su marido.

A estas palabras, la sangre enrojeció el rostro del Príncipe, y sus ojos volvieron a brillar. ¿Qué contesta usted? Zakunine se oprimió la frente con las dos manos, como queriendo reprimir su cólera, y luego dijo: Es cierto... ¿Confesaba? ¿Se declaraba culpable? ¿Reconocía haberla asesinado?

¡Sarasa! suspiró otra con entonación afeminada. Gallardo enrojeció de cólera. ¡Esto a él! ¡Y en la plaza de Sevilla!... Sintió la corazonada audaz de sus tiempos de principiante, un deseo loco de caer ciegamente sobre el toro, y fuese lo que Dios quisiera. Pero su cuerpo se resistió a obedecerle.

Palabra del Dia

metropolitanos

Otros Mirando