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Actualizado: 22 de mayo de 2025
Desde el fondo de aquella galería subterránea dirigió terribles dardos contra el presidente del Consejo de ministros, que no le había dado una cartera en la última crisis. Salabert contestó con palabra estropajosa dando las gracias, echándose por los suelos. Para llegar al puesto que ocupaba no tenía otros méritos que el trabajo y la honradez.
El duque estrechó entre sus brazos a la hermosa criatura, la cual poniendo sus manecitas en los hombros de su padre y echándose atrás añadió: Und meine liebe mutter, que quiere decir: y a mi querida madre. Ahora, dadme un beso prosiguió el niño echándose al cuello del duque. Pero dijo de repente se me olvidaba que traigo un recado de don Federico.
Y si se parecen ustedes en lo físico... dijo Frasquito, echándose para atrás en el sillón y adoptando un tonillo de franca naturalidad , no es menor el parecido en lo moral, en el aire de persona que ha nacido y vive en la más alta posición, en algo que revela la conciencia de una superioridad a la que todos rinden acatamiento. En suma, yo sé lo que me digo.
Dijéronme D. Francisco y D. José María que hace días andaban buscándome para darme conocimiento de la herencia, y que preguntando aquí y acullá, al fin averiguaron las señas de esta casa... ¿por quién dirás? por el sacerdote D. Romualdo, propuesto ya para obispo, el cual les dijo también que yo había recogido al señor de Ponte... 'De modo me dijeron echándose a reír , que al venir a ofrecer a usted nuestros respetos, señora mía, matamos dos pájaros de un tiro'.
Pues sírvale de gobierno que ese hombre no está en un correccional, por un milagro de Dios. Quedéme estupefacto. Observólo el médico y me dijo echándose a reír: No vaya usted a creer que se trata de otro pájaro por el estilo del hidalguete de Promisiones. Me parece que con las señas que empezaba usted a darme...
Lo bueno sería invadir el Congreso; pero el de la casa grande no quiere tal cosa. Hay que ir cazándoles guarida por guarida, y esto hace más difícil y complicado el asunto... Pero concretemos. En resumen, ¿qué es lo que se debe hacer? La cuestión es muy sencilla dijo el Doctrino, echándose atrás el sombrero y bajando la voz.
La palidez de Sola se disipó como un velo que se rasga dejando ver la claridad que encubre, y así fue, por modo parecido al brusco descorrer de una cortina, como se encendió en ella un rubor vivísimo. Echándose a llorar, murmuró estas palabras: Es verdad, sí señor. Usted es más bueno que los ángeles. El de Boteros estuvo callado un mediano rato contemplándola.
El sepulturero volvió, y echándose de pecho en el suelo, apoyado en los codos y el frasco bajo las narices, esperó. ¡Su cloro! No es mucho, que digamos. Y aún morfina... ¿Usted conoce el amor por los perfumes? ¿No? ¿Y el Jicky de Guerlain? Oiga, entonces. A los treinta años me casé, y tuve tres hijos. Con fortuna, una mujer adorable y tres criaturas sanas, era perfectamente feliz.
Miguel, con gran sorpresa de las jóvenes hermosas que allí había, echándose hacia atrás en la silla, principió a hablar al oído a Maximina. ¿Qué le decía? Nada; tonterías: que lo estaba pasando muy agradablemente; que era una chica muy simpática; que se alegraba de haber venido a parar a su casa, etc. Nuestro joven pasaba el rato del mejor modo que podía, esperando la hora de irse a la cama.
Algunas veces también nos gusta... Cuando tropiezan una moza guapa y rica. ¡Ya!... Aquí viene usted equivocado... Ni lo uno ni lo otro... Aquí no podemos ofrecerle más que miseria y compañía... Vaya concluyó, echándose a la espalda el haz que acababa de liar, hasta luego, que me voy... Rosa, a ver si te das arte para atrapar a este señorito... Quede con Dios, D. Andrés...
Palabra del Dia
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