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Actualizado: 7 de octubre de 2025


¡Diantre! dijo Vesín; si no me retuvieran mis funciones, me iría con ustedes nada más que por hacer el viaje. Pero un fiscal en tal expedición resultaría algo fuera del cuadro. Convengo en ello, dijo Tragomer; pero consuélese usted; le traeremos fotografías. Aquella grave conversación acabó en broma.

Diantre! es decir que para entrar á Francia teníamos que hacer un viajecito léjos de Francia, en busca de un visa? Probablemente. Pero si en Estuttgard ni Carlsruhe no hay ministros ni cónsules de mi país.... Eso no es culpa mia. Y bien, señor comisario, U. se equivoca. Nosotros tenemos derecho de entrar á Francia, sin visa especial, como cualquier frances. ¿Por qué?

¡Hija! ¡Cualquiera se te atreve! ¡Eres una fierecita! ¡Y hasta fuerza en los puños descubres en esos momentos! ¡Diantre! Vete ordenó Nucha recobrando su seriedad .

Los dos corazones, que según mi opinión, son dignos el uno del otro, no han podido aproximarse sin entenderse: pero ese extravagante acontecimiento, cuyo teatro romántico ha sido la torre d'Elven, confieso que me desconcierta enteramente. ¡Qué diantre! querido joven, saltar por la ventana, á riesgo de romperse la cabeza, era, permítame que se lo diga, una demostración muy suficiente de su desinterés; fué, pues, muy supérfluo agregar á este paso honorable y delicado, el juramento solemne de no casarse jamás con esa pobre niña á no ser eventualidades que es absolutamente imposible esperar.

Bruja sin duda. JIMENO. Se sentó a su lado, y le estuvo mirando largo rato, sin apartar de él los ojos ni un instante; pero los criados la vieron y la arrojaron a palos. Desde aquel día empezó a enflaquecer el niño, a llorar continuamente, y por último, a los pocos días cayó gravemente enfermo; la pícara de la bruja le había hechizado. GUZMÁN. ¡Diantre!

Pu... pu... pues yo concluyó la sexta, que era bastante tartamuda ta... ta... ta... tamién.... Oír esto y soltar la carcajada la niña, hasta entonces taciturna y desdeñada, fué una misma cosa. ¡Y se chancea! exclamaron admiradas las otras. ¡Ta... ta... ta! repetía entre carcajada y carcajada la burlona. ¡El demonio de la...! ¡El diantre de...! ¡Miren si...! ¡Atreverse a burlarse de una niña fina!

¡Diantre! ¡no había pensado en eso!... Y yo, un viejo lobo, me pongo tan turbado como ella. Habrá que avisar al ebanista digo. Mi querido Jorge dice ella con importancia; perdóname si creo que entiendo el asunto mejor que . ¡Hum, hum! le digo, amenazándola con el dedo, porque mi mayor placer ha sido siempre plantar en el banquillo su pudor de solterona.

El gobierno dispone de mucha fuerza, ¡qué diantre!, y cuando ve la cosa mal parada recurre a la coacción, haciendo las elecciones por medio de la Guardia Civil. Todo eso de Cortes era, según dicho del abad de Boán, una solemnísima farsa.

¿Qué me importa tu prima? exclamé con enfado . no sospechabas que viniera a sorprenderte. ¿Pero estás loco?, doña María no me quita los ojos. Vaya al diantre doña María. Respóndeme, Inés, a lo que te pregunto, o gritaré y escandalizaré para que nos oigan hasta los sordos. Pero si no me has preguntado nada. te he preguntado. Pero haces que no oyes, y no quieres responderme.

Entonces se precipitó y penetró en el zaguán. El farol, que lo alumbraba de diario, daba poquísima luz aquella noche. No bien entró D. Luis en el zaguán, una mano, mejor diremos una garra, le asió por el brazo derecho. Era Antoñona, que dijo en voz baja: ¡Diantre de colegial, ingrato, desaborido, mostrenco!

Palabra del Dia

mármor

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