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Pasando de un ventanal a otro para ver mejor la llegada de las olas, Ojeda se encontró al lado de Mina. La rubia cabeza de Karl, que se agitaba con sonoras risas a cada golpe de mar, le hizo fijarse en la mujer que estaba detrás sosteniéndolo entre sus brazos. Como si le avisase el magnetismo de una mirada fija en sus espaldas, la madre volvió la cabeza, palideciendo al reconocer a Fernando.

Quedamos en que a bordo de las dos escampavías habían sido amarradas las barras del timón; las dos embarcaciones navegaban en las mismas aguas, y como nadie, absolutamente nadie, había quedado sobre el puente, la gracia de Dios cuidaba de ellas; y esto, en la práctica, resultaba bastante mal, porque la escampavía Urna de San José, a consecuencia del ángulo que su barra formaba con su quilla, se dejó ir violentamente sobre su compañera la Bendición de Nuestra Señora de los Siete Dolores y la abordó por la popa, y como la parte de detrás de un buque acostumbra ser menos resistente que la anterior, la Bendición de Nuestra Señora de los Siete Dolores recibió el bauprés de la Urna de San José, en la obra muerta, que se abrió y dio libre acceso a una vía de agua que echó a pique a la escampavía y a los sesenta confesados y confesores.

La muchedumbre, al ver sus lágrimas, prorrumpió en una carcajada sonora. Nunca le había parecido tan gracioso el Hombre-Montaña. El profesor, atolondrado por la caída del coloso, corrió detrás de él dando alaridos de indignación. Luego, al ver que lloraba, lloró igualmente; pero, á pesar de su pusilanimidad, pensó que las lágrimas no podían resolver nada y su dolor se convirtió en indignación.

En mi estante de libros encontrará usted, escondido detrás de los volúmenes de Heine, un cuaderno azul. Guárdeselo usted, sin que los demás lo noten; y cuando lo haya usted leído todo, vaya usted a mi tumba y rece un Padre Nuestro. »Cuide usted de que me entierren al lado de Marta. Mucho la he querido. Ella es quien me arrastra detrás de .

A Dechard le cayó la mesa encima, pero al incorporarme yo, la echó a un lado y volvió a hacerme fuego. Levanté mi revólver y disparé casi sin apuntar. una blasfemia y apreté a correr como un gamo, sin dejar de reírme. Alguien corría también detrás de , y tendiendo el brazo en su dirección solté otro balazo al azar. Los pasos cesaron.

¡Eso no! replicó Leto al instante y con una viveza que ardía . Yo me hubiera tirado lo mismo detrás de usted; sólo que en ese caso el hecho hubiera tenido la poca importancia que no puede ni debe tener hoy.

Volvió la época del paseo en el Espolón, y don Fermín al pasear allí su humilde arrogancia, su hermosa figura de buen mozo místico, observaba que ya no era aquello una marcha triunfal, un camino de gloria; en los saludos, en las miradas, en los cuchicheos que dejaba detrás de , como una estela, hasta en la manera de dejarle libre el paso los transeúntes, notaba asperezas, espinas, una sorda enemistad general, algo como el miedo que está próximo a tener sus peculiares valentías insolentes.

Los adivinaba en el oleaje del aire, en las sacudidas de las cosas, en el torbellino que encorvaba á los hombres, pero no repercutían en su interior. Había perdido la facultad auditiva: toda la fuerza de sus sentidos se concentró en la mirada. Sus ojos parecieron adquirir múltiples facetas, como los de ciertos insectos. Vió lo que ocurría delante de su persona, á sus lados, detrás de él.

Yo acabo de verles en acción y en ciertas ocasiones he tenido el honor de acompañarles á traves de esas horribles é inhospitalarias montañas, donde la muerte permanece en acecho constante, donde detrás de cada roca puede hallarse en emboscada el plomo traidor, y donde cada soplo de viento parece un gemido de dolor cuando no un rugido de amenaza.

Acuérdate de nuestro abuelo, el comisario de la Convención, que se cubrió de gloria en la defensa de Maguncia. Mientras hablaba se habían puesto todos en marcha, doblando una punta del bosque para colocarse detrás de los cañones. Aquí, el estrépito era menos violento. Las grandes piezas, después de cada disparo, dejaban escapar por la recámara una nubecilla de humo semejante á la de una pipa.