Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 11 de noviembre de 2025


Pero Adriana apenas volvió hacia ella sus ojos distraídos. ¡Voy, mamá, voy! exclamó Charito con un gesto de desesperación, para llamar la atención de Adriana. Esta repentinamente adivinó. Oyó la voz de Muñoz, miró a Julio consternada y se levantó oprimida por un sentimiento de vergüenza y desazón. Jamás había hablado con Julio de Muñoz. Tuvo tentación de despedirse y escapar por el vestíbulo.

Hasta entonces, usted será tan bueno que tomará los informes complementarios, pues espero que Magdalena consentirá, por darme gusto, en aceptar esta entrevista... Sería una locura el rehusar tal situación... confirmé políticamente al notario, la situación es tentadora, pero el hombre... ¡Bah! respondió bruscamente el notario levantándose para despedirse.

Habían entrado de nuevo en la vida. ¡Qué corto el camino! exclamó el príncipe. Lo mismo pensaba ella. «, ¡qué cortoNo debían marchar juntos. Era preciso despedirse allí, lejos de la gente. Alicia lo tendió sus dos manos. ¿Nada más? suspiró Miguel. Vaciló la duquesa un instante.

Felipe de Auvray lanzó un grito agudo, desgarrador, indefinible, y sin saludar, sin despedirse de nadie, huyó de aquella casa como un loco, y un momento después el simón llevaba al desesperado mozo camino de París. El desdichado Felipe había llegado, como siempre, con media hora de retraso. Era el día 1.º de agosto.

Octavio quiso aprovechar la ocasión, que le pareció de perlas, para despedirse y dió algunos pasos hacia ella con la mano extendida. Condesa, á los pies de usted... He tenido mucho gusto en ver á ustedes tan buenos y... ¿Qué es eso, señor Rodríguez exclamó el conde viniendo hacia él, nos quiere usted dejar tan pronto? ¿Por qué no viene á dar un paseo con nosotros?... ¿Tanta prisa tiene usted?

A las seis de la madrugada, al despedirse Paco de Mesía con un apretón de manos, a la puerta del Casino, el Marquesito exclamó: ¡Bravo! ¡Al fin! ¿Eh? Mesía tardó en contestar; se abrochó su gabán entallado de color de ceniza, hasta el cuello; se apretó a la garganta un pañuelo de seda blanco, y al cabo dijo: Ps.... Veremos.

Hablaba el francés correctamente, pero su acento fué una revelación para Argensola. Al entrar en el dormitorio en busca de su compañero, que acababa de levantarse, dijo con seguridad: Es tu primo de Berlín que viene á despedirse. No puede ser otro. Los tres hombres se juntaron en el estudio.

¡Pobre gente!... Les quiero yo mucho a todos. Aquí tienes a Marta, que quiere despedirse. Acércate, Marta... ¿Te vas conformando ya?... ¡Qué remedio tengo, María! repuso la niña pugnando por reprimir los sollozos.

La vieja saludó con un gruñido a Jaime, que asomaba la cabeza para despedirse.

¿Está usted segura? ¿Quién se lo ha dicho a usted? ¿Cuándo? ¿Cómo? Va usted a oír, tía Liette... ¿Me permite usted que la llame así?... Eso me tranquiliza... Tengo el corazón tan oprimido... , querida hija mía; vamos, tranquilícese usted y hable pronto. Hoy ha venido a despedirse, pero estaba muy cambiado, muy distraído, muy preocupado... apenas me miraba...

Palabra del Dia

reclinados

Otros Mirando