Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 30 de septiembre de 2025


El señor Fermín no tuvo otro refugio que Jerez, y fue todas las madrugadas a la plaza Nueva a formar grupo con los jornaleros que esperaban trabajo, acogiendo con resignación el gesto desdeñoso de los capataces que le repelían por su antigua fama de cantonal y por las recientes aventuras del contrabando, que le habían hecho vivir algunos días en la cárcel. ¡Ay, las mañanas tristes pasadas en la plaza, estremeciéndose con el frío del amanecer, sin más alimento en el desfallecido estómago que alguna copa de aguardiente de Cazalla, ofrecida por los amigos! ¡Y después la vuelta desalentada a su tugurio, la sonrisa inocente de los hijos y el grito de tristeza de la mísera cuñada, al verle aparecer a la hora en que los demás trabajaban!

Ahora no puede usted tomar cosa alguna hasta las dos de la tarde. Señora, no importa: yo ... dijo Lázaro, que era cortés, aunque estaba muerto de hambre en aquel momento. Pero no tema usted continuó la devota, bajando la voz y mirando á todos lados. Yo conozco que está usted desfallecido, y es preciso darle de comer. No salga usted de su cuarto.

Sólo Florentina quedó en la estancia. ¡Ah!, los revulsivos potentes, los excitantes nerviosos mordiendo el cuerpo desfallecido para irritar la vida, hicieron estremecer los músculos de la infeliz enferma; pero a pesar de esto se hundía más a cada instante. Es una crueldad dijo Teodoro con desesperación, arrojando la mostaza y los excitantes es una crueldad lo que estamos haciendo.

Alma buena y romántica, corazón dolorido, levanta, pues, tu espíritu sin luz, desfallecido, en medio de la senda de la desolación... Del astro, de tu angustia suprema a los reflejos, bardo de ensoñaciones, vine a , de muy lejos, para darte las rosas de la consolación.

Lo extraño era que nada de esto se le había ocurrido antes. La ceguera de la felicidad jamás le había dejado pensar que no era él el primero que pasaba por sus brazos, que aquellas palabras que le mecían como dulce música podían haber sido oídas por otros y otros antes que él... ¿Cuánto tiempo iban por las calles de Valencia?... Le temblaban las piernas, estaba desfallecido, apenas veía.

Se parecía mucho a su hermanita. Silas se dejó caer desfallecido en la silla, bajo el doble golpe de una sorpresa inexplicable y de un torrente rápido de recuerdos. ¿Cómo y cuándo había podido entrar aquella criatura? El no había salido más allá de la puerta.

Y a todo esto, yo no recuerdo haber sentido ni hambre, ni frío, ni sed, ni cansancio en toda la noche, ni que me pasara por las mientes la más remota idea de lo que la mujer gris me había declarado por la mañana, y, sin embargo, me pesaban los ojos como cuando se desea dormir, y tenía la boca escaldada y el estómago desfallecido, el cuerpo quebrantado y la cabeza atiborrada de todo linaje de ideas tristes.

No dijo ella con acento desfallecido, buscando una última resistencia . Además, estará allí tu secretario, ese español que te acompaña. ¡Qué vergüenza encontrarme con él!... Julio rió... ¡Argensola! ¿Podía ser un obstáculo este camarada que conocía todo su pasado? Si lo encontraban en la casa, saldría inmediatamente. Más de una vez lo había obligado á abandonar el estudio para que no estorbase.

Al poco rato sus penosos ronquidos de borracho sonaron entre los verdes y erguidos tallos. Cuando despertó era ya bien entrada la tarde. Sentía pesadez en la cabeza y el estómago desfallecido. Le zumbaban los oídos, y en su boca empastada percibía un sabor horrible. ¿Qué hacía allí, cerca del huerto del judío? ¿Cómo había llegado tan lejos?

El viejo cayó desfallecido de nuevo y el silencio inmenso e imponente de la noche volvió a reinar con su paz profunda y aterradora. En aquella situación, el reloj del Cabildo dio las tres de la mañana y el eco sordo de la campana se difundió por la ciudad dormida.

Palabra del Dia

aprietes

Otros Mirando