Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 5 de mayo de 2025
Una coqueta no hubiera dejado de hacer con este motivo unas cuantas monadas; pero Elena, que es demasiado sencilla y natural, reflexionó unos instantes y me dijo con acento de sincero pesar: Quisiera responder a usted; pero no debo, en conciencia.
MORCILLA BLANCA. Se pica gallina, tocino, huevo cocido y perejil, todo muy menudo; se sazona de sal, especias, se deja en reposo unas cuantas horas y se pone la pasta en intestinos, cociéndolas como las butifarras; son para comerlas en seguida. MORCILLAS ASTURIANAS. Se lava bien la grasa, despojándola de unas vetas que tiene alrededor y se pica.
Lejos del grupo de mis amigos, echéme sobre el suelo, aguardando la aurora, sin poder ni querer cerrar los ojos; y allí me puse a meditar sobre lo que desde mi salida de Madrid había visto y oído: ¡Cuántas personas nuevas para mí había encontrado en aquella breve jornada de mi vida! ¡Con cuánto afán, meditando a solas y mirándolas al lado, preguntaba a los caminantes si tenían alguna noticia de lo que me reservaba el Destino!
Saludó alegremente a los jóvenes, con la misma libertad y franqueza que si fuera uno de ellos, dio un par de palmadas para llamar al mozo y dirigió unas cuantas sonrisas amicales a los parroquianos de las mesas inmediatas. Aquí tiene usted a Mario deshecho de impaciencia. Ya preguntaba si estaría usted enfermo dijo Adolfo.
215 Por fin en una topada en el cuchillo lo alcé, y como un saco de güesos contra un cerco lo largué. 216 Tiró unas cuantas patadas y ya cantó pal carnero: nunca me puedo olvidar de la agonía de aquel negro. 217 En esto la negra vino con los ojos como ají y empezó la pobre allí a bramar como una loba.
A cuantas usted quiera, señor cura. Pregunto, pues: ¿es sólo el deseo de acrecentar vuestras ganancias, extendiendo el comercio y la parroquia, lo que os mueve a abandonar este pacífico rincón, o hay en vosotros alguna otra ambición de distinto género?
¡Ah, mi Dios! replicó la pobre mujer, vertiendo lágrimas... pues bien, ¿qué es lo que queréis? decid, ¿qué exige?... ¿que despida al señor de Lerne, que no le vea más?... ¿que le sacrifique esta amistad, y cuantas pueda tener en adelante?
Tuve que contarles mi viaje a Quimper y hacerles la descripción de Elena. ¡Cuántas curiosidades va a tener que satisfacer, si vive, la pobre inocente! Como era natural, los amigos se desquitaron un poco de la violencia que se habían impuesto en casa de Lacante y se permitieron algunos epigramas jocosos, sin gran malicia, para decir la verdad.
El poeta sufrió el tormento del hambre y el suplicio aún más intolerable de la humillación. ¡Quién hubiese podido reconocer á los pocos meses de tiranía alemana al ilustre director de la Biblioteca!... Parecía haber vivido diez años en unas cuantas semanas. Estaba triste. «La loca de la casa» había abandonado indudablemente aquel desván de su cuerpo en el que tantas cabriolas llevaba hechas.
Y como ponderaba grandemente San Agustín, a cuantas Naciones vencieron los Romanos, a todas las admitieron a la Gloria de asociados y les participaron su nombre.
Palabra del Dia
Otros Mirando